París, 7 jul (EFE).- El legendario ballet "Giselle" que la coreógrafa cubana Alicia Alonso creó para el Ballet Nacional de Cuba (BNC), cuando era aún una de sus más superdotadas intérpretes, vuelve hoy a París, donde tomó su forma definitiva y donde la compañía no actuaba desde hace una década.
El público la redescubrirá en la no menos histórica Salle Pleyel, donde el BNC se instala hasta el próximo 20 de julio con un doble programa, que incluye el "Don Quijote" coreografiado por Alonso en 1988 con el deseo de servir la visión cervantina del hidalgo español y "respetarla al máximo".
De su visión del trágico amor contrariado de la campesina "Giselle" -rol que la elevó a "bailarina estrella" nada más interpretarlo en la Ópera Metropolitana de Nueva York en 1943, en su debut con el American Ballet Theatre-, a Alonso le gusta subrayar que en el BNC se enriqueció con el "lado latinoamericano".
Fue justamente en París donde fijó para su coreografía "la versión que baila todavía hoy el Ballet de Cuba", resalta en el programa la estrella que, hasta los años 70, interpretó el papel de una mujer que muere de amor engañada por el duque Albrecht disfrazado del andrajoso pero apuesto Loys.
Fue también en París con esta pieza donde recibió algunos de sus galardones favoritos, como el Gran Premio de la Villa, en 1966.
Tras ofrecer 14 representaciones en Pleyel, el BNC cerrará así una gira por Europa que le llevó antes por España e Italia, y que anoche fue prologada por una gala especial protagonizada por diez grandes solistas del Ballet de Cuba, algunos de los cuales trabajan ahora en otras compañías internacionales.
Pese al calor abrasador reinante en la capital, la coreógrafa y "prima ballerina assolutta" de 96 años, galardonada a lo largo de su carrera con cientos de distinciones internacionales, acudió al teatro al final de esa aplaudida cita y compartió con sus bailarines las ovaciones de un público entusiasmado.
Por recomendación médica, la celebérrima intérprete tuvo que permanecer en su hotel hasta el último momento.
Tras la gala pudo, no obstante, tomar asiento en el monumental hall de Pleyel, donde se celebraba una fiesta cubana en su honor, y aunque visiblemente no en su mejor forma, sentada de la mano junto a su esposo, el escritor cubano Pedro Simón, recibió en persona el saludo de amigos y admiradores.
En una entrevista con Efe, el artífice de su presencia en esta capital, el productor y exbailarín de la Opera de París Valéry Colin estimó claves las dos emblemáticas coreografías elegidas.
"Alicia Alonso marcó su carrera con 'Giselle' y su romanticismo", un ballet donde las bailarinas lucen su arte con las puntas muy en especial, mientras que en "Don Quijote" "se ve la increíble técnica de baile, sobre todo de los hombres", señaló.
Principal colaboradora de la artista en esta gira, Consuelo Domínguez Martínez narró, por su parte, lo "increíble que es poder estar junto a esta gran dama de la escena y la cultura a nivel universal (...) pozo de sabiduría", a quien Cuba debe entre otras hazañas su reputada Escuela de Ballet y el propio BNC.
"Es una persona exigente, pero a la vez tiene un gran sentido humano para tratar con las personas y como fue bailarina sabe cómo es el sentir de los artistas", agregó la "maître" de ballet.
Alonso, que continúa al frente del ballet pese a su edad y pese a no haber podido evitar la ceguera contra la que luchó durante décadas, "hace siempre mucho hincapié en que se conserven los estilos, la tradición, porque eso es lo importante, si no las obras se convierten todas en lo mismo, sería esencialmente cambiarse de ropa", manifestó.
"Viene y da algunas correcciones (..) es muy exigente a la hora de que mantengamos la puesta en escena, que seamos cuidadosos con el estilo y eso es lo que transmitimos de generación en generación", resaltó.
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