Aunque en muchas zonas de la capital cubana el suministro de agua no sufrió afectaciones por el paso del huracán Irma y en otras el servicio ya ha sido restituido, existen otras muchas áreas de La Habana donde a medida que pasa el tiempo la situación con el preciado líquido se torna cada vez más crítica, pues comienza a escasear lo que haya podido acopiarse antes y aún no se vislumbra una pronta solución.
En el Vedado, varios de sus pobladores han empezado a recibir el abastecimiento en pipas pero, según comentan ellos mismos, no alcanzan para todos.
Desde hace horas, por otra parte, ha comenzado a achicarse el agua y sanearse algunos sótanos de la capital; se han establecido, además, puntos de venta en algunas calles de la capital de comidas elaboradas, refrescos y agua, cuyos precios han motivado críticas y descontento.
Las principales afectaciones en el abastecimiento de agua son consecuencia directa de los daños en las infraestructuras y redes eléctricas y las roturas de tuberías. En las provincias orientales, con la rehabilitación del sistema electroenergético nacional se han comenzado a restablecer los suministros de agua. Peor suerte ha corrido, sin embargo, la zona central y cayería del norte, donde las afectaciones son más severas.
Desde las instituciones y canales de comunicación oficiales cubanos se asegura estarse trabajando sin descanso para restablecer los servicios vitales a la población, pero la magnitud de los destrozos que ha dejado el potente huracán sobre la Isla auguran un panorama a más largo plazo no solo de afectaciones en el suministro de agua potable y de electricidad sino de dramáticas consecuencias en las viviendas y el fondo habitacional.
El huracán Irma, catalogado como el más poderoso de la centuria en el Atlántico, ha dejado en la Isla daños en la red eléctrica sin precedentes, calles inundadas, árboles derribados, viviendas destruidas, y tristemente, también, el fallecimiento de 10 personas en diversos puntos del país.
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