(Paparazzi cubano).- En contraste con la versión oficial, en los barrios de La Habana afectados por las inundaciones causadas por el huracán Irma reina el descontento. A pesar de las vastas pérdidas materiales, el Estado ha ordenado la venta de alimentos a los damnificados a precios "módicos". CiberCuba ha estado en la zona, tomando declaraciones entre la población.
"Nada de precio módico. Eso deberían regalarlo. Quieren buscar dinero con todo. Eso para mí está mal. ¿Para gente como nosotros, qué precio módico puede haber?", se pregunta un joven sentado a las puertas de un edificio de Centro Habana.
Alrededor, en la calle, aún puede verse la huella del desastre. No tienen corriente eléctrica desde mucho antes de que Irma se lo llevara todo por delante y nadie ha pasado a preguntar cómo están o qué necesitan. "Nadie", sostiene el joven airado. Y añade insiste: "Tampoco nadie vino a evacuarnos". El agua empezó a entrar sobre las cuatro o las cinco de la tarde del sábado. Y en el barrio todos se quedaron esperando a que subiera la marea.
Este joven vive en una zona baja de La Habana, junto al Parque Maceo, muy cerca del Malecón, y asegura a CiberCuba que nunca pensó que el agua fuera a subir tanto. "Llegó al techo de la casa". Lo ha perdido todo y no confía en que les llegue alguna ayuda del Gobierno cubano. "Por el noticiero dijeron que la ayuda iba a consistir en que se salvara la gente. No van a dar nada", señaló.
Por su parte, una mujer comenta que está "muy mal, bastante molesta", porque ella pensó que iban a recibir alguna respuesta positiva de las autoridades. "No sabíamos la magnitud que iba a tener esto. La ayuda está siendo pésima. Ayudar es brindar las cosas: aquí no se ha brindado nada. Esa comida nos la está vendiendo el Estado. A mí me parece que está mal que en estas condiciones el Estado venga a vender comida al pueblo. Eso no se hace en ningún lugar. Yo no tengo corazón para vender un plato de comida a ningún vecino mío".
Otro vecino corrobora que viviendo en una de las zonas más afectadas por las inundaciones, nadie ha pasado a brindarles ayuda. Y respecto a los puntos de venta de comida a cinco pesos es tajante: "Eso es una falta de respeto. Eso tenían que haberlo regalado. La gente lo ha perdido todo. No hay dinero para pagarlo", asegura, respaldado por dos vecinas que están en la misma situación que él.
Una de ellas afirma que en estas condiciones debieron haber improvisado una de libreta de abastecimiento para suministrar comida a los vecinos afectados. "Precio está bien, pero hay personas que lo han perdido todo. La cartera. Todo. No hay dinero".
Todos los entrevistados coinciden en señalar que el huracán ha sido devastador. "Yo perdí el juego de sala. La cama que ves secándose ahí es mía. Nadie ha venido por aquí. Nadie ha preguntado. Una pipa de agua es lo único que han traído aquí. La comida está barata, pero todo el mundo no tiene cinco pesos", señala otro vecino.
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