(Yani Gil / Víctor Flores) Seis días después de que el huracán Irma descargara toda su fuerza en los Cayos de la Florida, CiberCuba recorre la zona. Las vías de acceso están controladas por los militares y los vecinos que viven a partir de la milla 74 no han podido regresar aún a sus casas.
En medio de la desolación, CiberCuba conversa con Adoración, una residente en Marathon, contratada en la pescadería Key Fish. Su esposo está trabajando en las labores de reconstrucción de los Cayos. "Está haciendo de todo, quitando arena, sacando escombros..."
Ella acaba de recibir noticias del estado en que está Marathon y admite que es "bastante triste" lo que ha podido saber. Su familia no se quedó en los Cayos a esperar a que llegara Irma. "Nos hospedamos en Kendall, en la casa de mi hermana, y fue bastante fuerte allí. Así que cómo sería aquí", comenta.
Adoración cuenta que ha hablado con un vecino que ha podido acceder a su casa en Marathon y al no haber luz asegura que es imposible permanecer dentro de las viviendas debido a las altas temperaturas, por lo que las personas que están en su misma situación han tenido que irse evacuados, a dormir en escuelas, donde hay generadores eléctricos, pueden descansar y recibir alimentos. "Aunque uno esté desesperado por pasar, todavía no es el momento. No hay condiciones para permanecer en Marathon. Es duro. Es muy difícil", admite.
Esta vecina confiesa que ha visto imágenes que la han impactado. "Hay tráilers destrozados, casas desarmadas, gente que lo ha perdido todo porque donde el agua subió, todo se echó a perder y donde actuó el viento más el agua, imagínate".
Adoración grabó un video de cómo estaban los Cayos el jueves por la tarde, tres días antes de que pasara el huracán Irma. "Yo le decía a mis hijos, miren qué lindo se ve Marathon antes de que llegue el huracán. Se parece mucho al paisaje de mi Cuba, con las palmeras de la entrada a Caibarién". Después del paso de Irma, la imagen es terrible. "Parece que hubo una guerra". Ahora, recalca, toca que todos pongan su granito de arena, sean solidarios y "hagan que los Cayos vuelvan a levantar y a brillar como antes".
CiberCuba ha recorrido una zona de casas móviles. Está todo destrozado. Hay muebles por doquier, viviendas que han perdido el techo, cables de electricidad caídos... Impresiona el silencio que reina en la zona. Es sobrecogedor. Es como un luto por todo lo que ha pasado. La calma es abrumadora.
En la milla 72 de los Cayos, rumbo sur, hay un punto de control y puede verse una larga cola de carros. A partir de este punto, la devastación ha sido brutal.
Los residentes de Marathon están presionando para poder acceder a sus casas, pero la policía lo está impidiendo. Como publicó CiberCuba, se han vivido escenas de tensión.
En Matecumbe, CiberCuba ha encontrado una casa de tres pisos, que ha quedado reducida a una sola planta: quedó prácticamente arrodillada.
Hasta Islamorada llegó el equipo de CiberCuba, donde este jueves se encontraban los camiones encargados de reparar el tendido eléctrico de la zona. Allí hay tráilers aparcados. En ellos duermen los trabajadores que están desplazados para participar en las labores de reconstrucción de los daños causados por el huracán Irma. Hasta este enclave han llegado las reservas de comida, agua, aceite, cereales... Todo lo necesario para que estos empleados estén bien atendidos.
CiberCuba hizo escala en la milla 84, donde ya se ven los barcos invadiendo la avenida en una zona de casas móviles. En este punto se nota que el huracán impactó con fuerza. No obstante, el tráfico es bastante fluido.
En la milla 88 se vive una gran calma. Hay un restaurante que ya ha abierto sus puertas. Tienen luz a través de generadores y aire acondicionado aunque todavía no disponen de un menú completo. Sólo están sirviendo hamburguesas. Irma ha destruido muchísimas cosas, pero hay otras que no, que aún se pueden disfrutar.
En Cayo Largo CiberCuba ha podido ver árboles caídos en el suelo, pero la devastación no es monumental. Otra cosa es el famoso Tiki Bar, que ha sufrido como nadie el impacto de los vientos de Irma. Está completamente destruido. Lo único que permanece encima de la barra es una botella de ron.
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