El sorpresivo anuncio el pasado viernes por parte de Washington de la suspensión indefinida de visas a ciudadanos cubanos a Estados Unidos, amparada en una reducción del 60 % del personal que trabaja en su Embajada en La Habana, ha generado entre la población de la Isla asombro, preocupación y mucho malestar.
Muchos solicitantes se verán afectados por estas nuevas medidas, tomadas como respuesta directa al “ataque acústico” que ha mantenido en jaque las relaciones entre Cuba y EE.UU. desde el pasado mes de agosto, cuando comenzaron a hacerse públicos una serie de incidentes que fueron colocando gradualmente a las autoridades de ambos países en un ámbito de creciente tensión.
Pese a que el Gobierno cubano desde un primer momento negó las acusaciones y dijo estar tan sorprendido como los norteamericanos, lo sucedido ha debilitado la salud de las relaciones bilaterales.
En este reportaje ―difundido por Cubanet― un grupo de cubanos da su opinión sobre las recientes medidas tomadas por el gobierno de Donald Trump, las cuales califican de “apresuradas”, y hasta de “raras”.
Algunos también opinan con mucha certeza que es “absurdo” y “mentira” que el Gobierno cubano pueda tener responsabilidad alguna en esos incidentes acústicos, que trajeron como consecuencia que varios diplomáticos (y también espías estadounidenses, según se ha sabido recientemente), enfermaran.
Sin embargo, más allá de la defensa a ultranza al Gobierno de la Isla y de las injustificadas prisas que achacan a Trump algunos de los interrogados, otros de los cubanos entrevistados en este reporte evalúan directamente lo que consideran fundamental: la afectación directa al pueblo.
Además del reporte de Cubanet, los propios medios de prensa de la Isla tambien han entrevistado a los habaneros, quienes califican de "falso" el presunto ataque sónico, y lo consideran un pretexto por parte de EE.UU. para debilitar el buen curso de las relaciones.
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