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Los que asistan al curso semestral sobre Obá que imparte Ernesto Pichardo en el recinto de Biscayne de la Universidad Internacional de la Florida (FIU) y esperen ver cabezas de pollos, caracoles y tambores posiblemente salgan de allí decepcionados.El polémico, carismático y emprendedor Pichardo, sacerdote yoruba, y experto del país en santería, pasa horas hablando de la esclavitud, da conferencias junto a profesores de antropología y espera realizar presentaciones tanto en Powerpoint como en documentos de investigaciones de 12 páginas al final del semestre.Es sin duda un aspecto diferente de un hombre conocido por pasar las últimas décadas luchando contra legisladores y detractores de la santería. Su mayor conflicto fue con las autoridades de Hialeah que lo sancionaron por realizar sacrificios de animales en ceremonias religiosas. A la larga, Pichardo ganó el caso, y recibió el respaldo de la Corte SupremaDe igual modo, Pichardo ganó el apoyo de sus 16 estudiantes este año, un maestro de escuela peruanoamericano, un auditor de 61 años, y una pareja de abuelos.Hace cuatro meses, Pichardo concluyó la primera clase de tres créditos de santería de la FIU con un sonoro pronóstico: ``Ustedes hacen historia aquí''.''Esto no es ningún movimiento marginal'', les dijo Pichardo a sus estudiantes. Enseñando la clase a través del Departamento de Estudios Africanos del Nuevo Mundo de la FIU, donde Pichardo pasa el año académico como profesor invitado de investigaciones, el curso ha sido todo un éxito, según funcionarios de la universidad. Al final del semestre en diciembre, los estudiantes dijeron que ahora saben más acerca de la historia de Africa y de América.''Yo era monaguillo en Hialeah'', comentó Pichardo, que vino a Estados Unidos entre las primeras oleadas de cubanos que se fueron de la isla. ``Pero también estaba explorando la santería''.Con el tiempo, la santería se ha convertido en algo común en el área del Gran Miami. Tanto botánicas haitianas como cubanas en todo el sur de la Florida venden santos católicos junto a pociones y una gran variedad de artículos.Las botánicas por internet son un negocio floreciente. Los lugares públicos de culto están abiertos. Pichardo es el sacerdote de uno de ellos, la Iglesia Lukumí Babalú Ayé en Hialeah.Muchos practican la santería en la soledad de sus casas, ya sea por conveniencia o por tradición.''Mi familia y yo la practicamos'', indicó William Colás, de 22 años, cubanoamericano que estudia en la universidad. ``Siempre ha estado presente en nosotros''.La clase tiene una lista de lecturas, entre ellas el libro de Christine Ayorinde sobre religión afrocubana, revolución e identidad nacional, y el de David O'Brien, Animal Sacrifice and Religious Freedom.Muchos de los conferencistas invitados, como la profesora del Miami Dade College Teresita Pedraza Moreno, son viejos conocidos de Pichardo. Su esposa, Nydia, y su hija de 22 años, Magena, que estudia hotelería y turismo, también asisten a las clases.Pichardo espera que su curso pueda algún día convertirse en una clase especializada.Fuente: Erika Beras. The Miami Herald
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