Los habitantes de la ciudad de Biloxi despertaron aliviados el domingo al comprobar que el paso del huracán Nate, que tocó tierra en la noche del sábado como categoría 1, había provocado daños mínimos.
Su llegada trajo fuertes vientos, lluvias torrenciales y problemas eléctricos en las instalaciones del Departamento de Bomberos de la localidad del estado de Mississippi.
"En realidad estuvimos sin energía durante una ocho horas. Funcionamos con un generador, pero aparte de eso pasamos indemnes", explicó a 'Reuters' el capitán Brian Rouse.
"Sólo un poco de limpieza hoy y podremos volver a la normalidad", aseguró una vecina de Biloxi. Los principales daños se dejaron notar en varias zonas a lo largo de la costa.
El gobernador de Mississippi, Phil Bryant, detalló a la prensa que no se habían registrado muertes ni informes de daños catastróficos. "Somos muy afortunados y hemos sido bendecidos", afirmó.
Este domingo Nate se debilitó y pasó a ser una depresión tropical después de su llegada al citado estado, donde dejó carreteras y edificios inundados.
Los vientos máximos sostenidos de Nate, la cuarta gran tormenta que golpea a Estados Unidos en menos de dos meses, cayeron a 55 kilómetros por hora en su paso por Alabama y Tennessee.
Los remanentes de la tormenta causaron alertas de tornadas en estos estados, así como en sectores de Carolina del Sur y del Norte.
En este sentido, según la citada agencia de noticias, los meteorólogos prevén que se produzcan hasta 10 centímetros de lluvia en partes de Ohio, Pensilvania y Nueva York durante este lunes.
Nate dejó al menos 32 muertos en Centroamérica antes de entrar en las cálidas aguas del Golfo de México.
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