Desde hace varios años la compañía de teatro El Público, y su director Carlos Díaz, se ocupan de guiar a los jóvenes actores, recién graduados del Instituto Superior de Arte. Los maestros de esta “unidad docente” son, además de Carlos, los eximios actores Fernando Hechavarría y Osvaldo Doimeadiós, y los tres juntos encaminan a los jóvenes actores y actrices en su ejercicio de tesis, que consiste en el montaje de un espectáculo.
En el Festival Internacional de Teatro de La Habana (sala Trianón, hasta el miércoles 25), El Público presentará dos montajes: Harry Potter: se acabó la magia, y Así que pasen cinco años (del viernes 27 al domingo 29, en el mismo espacio) de Federico García Lorca. Ambas obras sirvieron como tesis para un grupo grande de jóvenes intérpretes.
Según declaró al periódico cubano Juventud Rebelde, Carlos Díaz ha sido desde siempre un admirador del teatro lorquiano. Trabajó ese mundo con Roberto Blanco en Teatro Irrumpe, compañía donde fue asesor; diseñador de vestuario y de escenografía, y participó en importantes montajes como el de Mariana Pineda en el teatro Mella.
De modo que el reencuentro de Carlos Díaz con Lorca, mediante Así que pasen cinco años significa un homenaje a Roberto Blanco, al teatro cubano y a figuras como Berta Martínez, quien realizó magníficas puestas en escenas de Bodas de sangre, La casa de Bernarda Alba y La zapatera prodigiosa, entre otras.
Carlos Díaz considera que los cubanos tenemos a Lorca muy cerca, y que lo entendemos bien. Por eso resulta inolvidable el estreno en 1994, en la sala Hubert de Blanck, de la obra de teatro El público, también escrita por Lorca, y que resultó un positivo escándalo en la problemática Habana del Periodo Especial.
Así que pasen cinco años es una obra de teatro en tres actos, concluida por Lorca en 1931. Se consideró, en un principio irrepresentable, y el autor introdujo algunos cambios. En 1936 se ensayó para ser estrenada en octubre de ese año, pero el estallido de la Guerra civil española lo impediría. No se estrenó hasta 1959, en el Teatro Recamier de París, con puesta en escena de Marcelle Auclair.
En cuanto a la primera puesta en escena del texto completo en español, quizá fuera la que Julio Castillo presentó en el Teatro Zócalo de México en 1969.
La obra se ambienta en una Biblioteca, donde la Mecanógrafa declara su amor, no correspondido, al Joven que conversa con el Viejo. Irrumpen la escena el Amigo Primero, fanfarrón y mujeriego y el Amigo Segundo que desearía descumplir años.
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