“La perra esa de Lomachenko dice que me va a aplastar, ¿cuántas manos tú tienes, chivatón? ¿Qué tú has hecho? Nos vemos el 9 de diciembre”, así se manifestó Guillermo Rigondeaux (17-0, 11 nocauts) en pleno entrenamiento sobre el choque de trenes que sostendrá ante el ucraniano Vasyl Lomachenko (9-1, 7).
Las dos leyendas del boxeo amateur chocarán estilos en el Madison Square Garden Theatre. Hablamos de un par de bicampeones olímpicos que hacen historia en el pugilismo profesional actual y que están considerados entre los diez mejores libra por libra del planeta.
Haciendo trabajo aeróbico, “El Chacal”, que fue sorprendido por la cámara de Willie Suárez, de Boxeo Cubano, actualizó sobre su condición física, un aspecto muy abordado dada las características de la pelea. “Ya estoy en las 130 (libras), pero voy a subir en 128”, dijo el santiaguero.
El peso fijado ha sido el detalle más polémico del contrato suscrito para este esperado y publicitado combate. Lomachenko es un 130 libras estable, con amplio margen para aumentar su masa corporal, mientras que “Rigo” es un 122 natural, que no posee un físico favorable para subir su tonelaje. No obstante, el propio fajador cubano le ha restado importancia a la diferencia en la báscula.
Para colmo, como una clara muestra de su seguridad sobre el ring, Rigondeaux refirió que volverá a las 122 libras y que luego subirá a las 126, porque “hay unas cuentas que debo resolver y borrar a una pila de perras del mapa”, espetó. “Cien yeguas no hacen un caballo como yo”.
Sobre esas tareas pendientes, el pugilista antillano mencionó que son el mexicano Leo Santa Cruz y el estadounidense Jesús Gabriel "Jessie" Magdaleno, “que tiene algo que me pertenece”, puntualizó. “No se pueden escapar. Aquí no hay monte, ya no quedan animales, porque ya nos lo comimos”, blofeó.
Asimismo, Rigondeaux adelantó que el día de la pelea contra “Loma” iba a sorprender a sus fanáticos estadounidenses con un mensaje en inglés. “Es una surprise, la voy a tirar en inglés”.
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