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Isaac Martínez: "Ya no se puede escribir la historia de la pelota cubana sin mencionar a los Tigres avileños"

Considerado uno de los mejores bateadores zurdos de la pelota cubana, conectó por encima de 300 en 20 SNB, Isaac Martínez , tras su retiro oficial del deporte activo, labora en la Academia provincial de béisbol

Entrevista CiberCuba a Isaac Martínez, pelotero Ciego de Ávila © Granma/ Ricardo López Hevia
Entrevista CiberCuba a Isaac Martínez, pelotero Ciego de Ávila Foto © Granma/ Ricardo López Hevia

Este artículo es de hace 6 años

En mis casi 40 años de vida profesional tuve la oportunidad de conocer a muchos deportistas caballerosos y decentes: uno de ellos es el jardinero avileño Isaac Martínez, a quien les presento hoy tras una larga y animada charla.

¿Siempre quisiste ser pelotero? ¿No te gustaba otro deporte?

“Nunca me gustó practicar otro deporte. Siempre andaba 'mataperreando' por los caminos de la vecindad, jugando el 4 esquinas, pelota de barrio, ¿sabes?

“Nací en Baraguá, un municipio de la central provincia de Ciego de Ávila en el año 1974. A los 10 años me descubrió en la localidad 'las 20', el profesor Jesús Hernández, quien me vio jugando con los hombres de igual a igual y le gusté. Por su intermedio asistí a un campeonato municipal y quedé como 'champion' bate y de ahí integré el equipo de Baraguá para la provincial 11-12 años, y también fui el mejor a la ofensiva.

“Eso me dio el puesto para ir a la Nacional que tuvo por sede a Tarará, en la capital, donde finalizamos en cuarto lugar, y fui seleccionado para formar la preselección nacional, aunque al final el certamen al que íbamos no se dio por el terremoto de México”.

De ahí, ¿fuiste matrícula en la EIDE?

“No había EIDE todavía, pero el primero de octubre de 1990 yo fui uno de los que inauguró la Marina Samuells. Estudié allí el décimo grado, y luego proseguí mis estudios, tanto beisboleros como docentes en la Academia Provincial, ubicada en el estadio José Ramón Cepero. En total intervine en cuatro Juegos Escolares Nacionales y tres Nacionales Juveniles -uno siendo aún de la categoría inferior, cadetes. Siempre bateaba pero nunca fui seleccionado para la preselección nacional.”

¿Guardas malos recuerdos de esa época? ¿Fueron injustos contigo?

“Pues no. Yo bateaba muchísimo pero fue un período en que había muy buenos jardineros como Rey Isaac, José Lamarque, Michel Perdomo. No hubo injusticias. Ellos estaban más hechos que yo.”

Miro su rostro apacible y siento una doble admiración por él. Son pocos los que reconocerían esto y más, a la distancia de tantos años.

¿Cómo llegas a la Serie Nacional?

“Por la Liga de Desarrollo, que en aquella época subíamos y bajábamos, intercambiábamos con el elenco principal que jugaba en la Nacional, eran dos campeonatos paralelos; pero ahí sí comenzaron a ser injustos, yo bateaba y bateaba pero desconfiaban de mi pequeña estatura (1 metro 72 centímetros).

“No fue hasta la Serie 97-98 que me adueño del jardín derecho en el Ciego de Ávila, que tú misma bautizaste como 'los Increíbles de la Piña', porque tras una gran renovación los jóvenes hicimos que por vez primera en la historia lográramos clasificar para un play off. Veníamos juntos desde edades tempranas. Nos conocíamos, nos hacíamos señas y salían las jugadas.”

Histórico play off aquel, cuando el error de un árbitro y la habilidad de Luis Ulacia jugando el left field de Camagüey, le quitaron un jonrón al avileño Franklin López, impidiendo el posible triunfo de los Increíbles.

“Nada, una experiencia más, pero que en aquel instante psicológicamente nos frenó en seco. Esa misma temporada fui seleccionado para competir en un Torneo por Invitación en Italia integrando el Cuba B. Allí conecté para casi 400.”

Eso fue en 1998, preámbulo de un magnífico 1999.

“Por supuesto que 1999 me trajo lo mejor de mi vida deportiva internacional. Tras batear por encima de los 330 en la Serie Nacional fui llamado a la preselección nacional con miras a hacer el CUBA a los Juegos Panamericanos de Winnipeg, que tenía como aliciente adicional lograr el boleto para los Olímpicos de Sydney.

“En esa preparación bateé cuanto quise, y no estuve en la relación inicial para la cita continental. Sin embargo, a las cinco de la madrugada me despierta una llamada del entonces Jefe Técnico del Béisbol cubano, Benito Camacho, que yo 'había hecho' el equipo.

“Imagínate mi alegría. Desconocía qué había sucedido, a quién habían bajado para subirme a mí. Benito me dijo: 'Felicidades. Te lo ganaste'. Pero yo sabía que no, que si era por él, no. Y, efectivamente, no fue por el grupo técnico. Resulta que Fidel había ido a los entrenamientos y me había visto, y cuando le dieron el equipo preguntó por el 'zurdito de Ciego que bateaba tanto' y ahí mismo aparecí yo en la lista, que era lo justo”.

Fidel había ido a los entrenamientos y me había visto, y cuando le dieron el equipo preguntó por el 'zurdito de Ciego que bateaba tanto' y ahí mismo aparecí yo en la lista

Y no lo hiciste quedar mal. ¿Qué pasó en Winnipeg?

“Empecé en el banco porque los dos primeros equipos que enfrentamos nos pusieron lanzadores zurdos. Pero en el segundo, tras irse el abridor, vine de emergente y di hit. Abrí de regular ante Estados Unidos y conecté de 3-3, incluyendo cuadrangular que empató. Ese choque lo perdimos.

“Le ganamos a República Dominicana en el primer juego de la muerte súbita -el que pierde se va-; y después en las semi finales, o sea el pase al oro -ahí aseguramos el boleto olímpico-, perdiendo 2 por 0, Luis Ulacia y yo bateamos imparables y vino Omar Linares, la botó del parque y salimos airosos. José Ibar y Pedro Luis Lazo fueron los bastiones desde el box.”

¿Y qué pasó en el partido por el oro contra los estadounidenses?

“Ahí el héroe fue Orestes Kindelán. El 'Tambor Mayor' se robó el show con par de jonrones. Yo fui el jardinero derecho del ALL STARS del torneo junto a Omar en tercera. Promedié más de 400.”

Ese 99 te llevó a la Copa Intercontinental en Australia, específicamente en Sydney, que en un año después sería el escenario olímpico.

“Así fue. Con esa Copa quedó inaugurado el estadio que serviría de sede al torneo olímpico de béisbol. Por cierto, esa Copa la perdimos ante Australia, y en Sydney 2000 también Cuba perdió con Estados Unidos. No nos fue favorable ese parque.”

Tengo entendido que a la Copa llegaste medio lastimado y que eso te afectó posteriormente.

“Nosotros antes de ir a la Copa australiana en el 99 estuvimos entrenando en Japón, que como sabes tiene los terrenos sintéticos. Allí se juega con tacos no con spikes que era lo que teníamos. Yo que no estaba acostumbrado, y en un lance se trabó el spike y se me lesionó la rodilla derecha.

“Al regresar y empezar la Serie Nacional se me agudizó la lesión y al final fue que pude reincorporarme. Al no tener resultados no fui llamado a la preselección olímpica, algo que sí me dolió. Me sentí muy mal porque ya yo estaba totalmente recuperado y me lo había ganado en Winnipeg, por decirlo de alguna forma.

“A mí siempre me han enseñado que el que batee en la pelota tiene que jugar y yo toda la vida lo hice. Nada, me pasaron la cuenta porque esta vez nadie me defendió. Oh, perdón, sé que Antonio Pacheco y Orestes Kindelán sí lo hicieron, pero nada hizo cambiar el criterio de la comisión nacional. Se desquitaron de mi presencia en Winnipeg.”

Tú viviste grandes momentos con los Increíbles al convertirse en Tigres. O sea, de aquel primer play off a coronarse campeones. Háblame de aquel colectivo muy joven que poco a poco se hizo grande.

“Es una frase manida pero éramos una gran familia que dirigía Darío Cid, quien precedió a Roger Machado en la conducción de Ciego. Recuerdo a Roger Poll en el center, a Mayito Vega en la intermedia, el propio Roger Machado vistiendo los arreos, el left Lisney Cirilo, Franklin López, en la antesala; en la inicial Danny Miranda y Ernesto Sánchez en el campo corto.

“Pitchers como el zurdo Walberto Quesada, Michel Pino Feo, Richard Carrero, entre otros. Echamos para adelante y nos fuimos convirtiendo en lo que somos. Empezamos a ganar, nos lo creímos y ganábamos. Ya no se puede escribir la historia de la pelota cubana sin mencionar a los Tigres avileños. Darío supo encausar nuestra juventud, nuestra inexperiencia; y el fruto lo recogió Roger Machado, quien pasó de jugador a mánager.”

¿Cómo fue eso? ¿Era difícil asimilar el cambio o todos se acoplaron? ¿Lo veían como un igual o lo respetaban por su nueva jerarquía?

“Las dos cosas. Nos seguíamos queriendo y lo veíamos como uno de nosotros; pero, a la vez, lo respetábamos como mánager. Así vinieron los títulos con los que tanto habíamos soñado.”

El 28 de mayo del 2012 representa un día importante en tu vida, ¿verdad?

“Claro. Esa fue la primera vez que Ciego de Ávila ganaba una Serie Nacional de Béisbol, la quincuagésimo primera. En la temporada anterior habíamos discutido el cetro que finalmente ganó Pinar del Río, y en la 51 el rival fue nada menos que el equipo insignia de la pelota cubana, Industriales”.

¿Qué hiciste? ¿Cómo colaboraste con ese triunfo?

“Conecté hits en todos los juegos, incluyendo un cuadrangular frente a Frank Montieh. Me destaqué en los dos primeros que tuvieron por sede un Latinoamericano colmado. Eran 50 mil gargantas gritando y ahí bateé de 8-4 e impulsé ocho carreras.

“En Ciego perdimos uno pero al final nos impusimos en el quinto encuentro. Resulta inolvidable aquel momento. Estábamos en extrainning y Bordón decidió. Empatamos noche, madrugada, mañana. ¡Nadie durmió en la provincia! Puedo asegurártelo. El desfile por las calles, la gente saludándonos, figuras de tigres por todos lados.”

¿Cuánto más jugaste?

“Me retiré en la SNB 53. Estaba bien físicamente, no tenía lesiones, pero el tiempo no pasa por gusto, y al igual que a nosotros nos abrieron el paso, los nuevos talentos tenían que jugar. Cumplí 40 años jugando en mi vigésima Serie Nacional.

Me retiré en la SNB 53. Estaba bien físicamente, no tenía lesiones, pero el tiempo no pasa por gusto, y al igual que a nosotros nos abrieron el paso, los nuevos talentos tenían que jugar

“Mi último evento internacional fue en 2013 cuando el equipo de Ciego, campeón nacional, tomó parte en el Torneo Challenger, en Canadá. Allí quedé quinto entre los máximos impulsores con 8.”

Considerado uno de los mejores bateadores zurdos de la pelota cubana, conectó por encima de 300 en 20 SNB, Isaac Martínez , tras su retiro oficial del deporte activo, labora en la Academia provincial de béisbol, integrando el colectivo de dirección de los chicos sub 23. Es su entrenador de bateo.

“Estamos enfrascados en la sustitución paulatina de los integrantes de los tigres, o decirlo mejor, fomentar la reserva. Queremos formar nuevos tigres que recuperen la cima, o al menos luchen por ella, que se fundan con los que están en forma en el actual conjunto.

Queremos formar nuevos tigres que recuperen la cima

“Tenemos un receptor de 18 años, con más de seis pies de estatura, que es todo un slugger: Alfredo Fadraga; otro, de la misma edad, ambidextro, que juega segunda y campo corto, Yahander Romero; Roy Echemendía, un center field que también batea a las dos manos; José Diego Martínez, pitcher derecho de 90 millas. Estos, entre otros.”

Me imagino que además de enseñarlos a batear, te empleas con los guardabosques. ¿Qué características tiene que tener un buen jardinero?

“Buen brazo y mejor desplazamiento, sentido de colocación. En mi época las conexiones hacia adelante se fildeaban de cordón de zapato; ahora se utiliza el deslizamiento sobre la pelota. Es más efectivo. En los batazos largos, si es de día hay que cuidarse del sol, y de noche, de las luces de los estadios. Por eso es importante conocer a tu pitcher y al bateador en turno.”

Tú que llevas tanto tiempo viendo pelota. ¿Para ti cuál es tu equipo CUBA ideal?

“Hay muchos destacados ahora que juegan en el exterior, pero te lo voy a formar de los que yo vi jugar y admiro. Ariel Pestano, cátcher; en el cuadro, Antonio Muñoz, Antonio Pacheco, Omar Linares y Germán Mesa; y en los jardines, Lourdes Gourriel, Víctor Mesa y Luis Giraldo Casanova. El designado, Orestes Kindelán y en el pitcheo, Braudilio Vinent, Jorge Luis Valdés y Pedro Luis Lazo. Mánager: Alfonso Urquiola, hombre y amigo, dentro y fuera del terreno”.

Y de la pelota actual, esta temporada. ¿Está resurgiendo el interés en los estadios? ¿Hay más niños jugando pelota que fútbol? ¿Las peñas han vuelto a animar las gradas?¿Cómo mejorar su calidad?

“Me parece que este año sí hemos mejorado; la gente ha regresado pero hay mucho trabajo por hacer. Tenemos que luchar por aumentar la calidad: que los pitchers eleven su velocidad, amplíen su repertorio. Entre los bateadores, debe hacerse hincapié en la técnica, la táctica, la estrategia, el estudio de los lanzadores.

Me parece que este año sí hemos mejorado; la gente ha regresado pero hay mucho trabajo por hacer

“Esto es básico, además, abrirles camino a los jóvenes. La contratación por Cubadeportes es algo importante y que, sin dudas, debe dar frutos. Eleva el nivel de la pelota cubana, del team Cuba y la mejoría de la vida de los jugadores.”

La contratación por Cubadeportes es algo importante y que, sin dudas, debe dar frutos

¿Sigues el béisbol en otras ligas?

“Hago todo lo que pueda por estar informado, y siempre me alegrará los triunfos de todos los cubanos estén donde estén y del deporte que sean. Yo sé de muchos que están locos por competir por su bandera. Se fueron por una mejoría económica y por demostrarse así mismo que pueden jugar en otros niveles. No porque no sean cubanos.”

¿Cómo va la vida familiar?

“Estoy casado nuevamente con una muchacha que se llama Aleida. Mi hija Isabela ya tiene 15 y vive con su mamá en Miami. Isaac Alejandro está en Ciego y tiene 9.”

Ojalá en el pequeño Isaac, los tigres y Cuba puedan contar con otro estelar bateador y jardinero como ha sido su papá; y sobre todo, porque sea un ser humano tan cabal como Isaac Martínez.

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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos


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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos