Divan, Osmany Espinosa y Yakarta hablan de la censura al reguetón en Cuba

“La radio no nos pone, ni la televisión. Cuesta mucho trabajo, por eso buscamos medios alternativos para que la música se difunda”.


Este artículo es de hace 6 años

En Cuba hay mucho talento en lo concerniente al género de la música urbana, pero “no hay oportunidades para demostrarlo” y no existe “suficiente apoyo” por parte de las productoras y disqueras nacionales, así lo afirmaron varios artistas cubanos en el marco del Cubatonazo en Miami.

“Por cosas de la vida, del lado de allá (Cuba) no hay oportunidades de demostrarlo, por eso los artistas vienen a este país para crecer más internacionalmente”, dijo el popular intérprete Yakarta.

El joven cantante Divan, uno de los exponentes más cotizados del género en la Isla, considera que Cuba no brinda suficiente apoyo a los músicos vinculados al reguetón y a la música urbana en general, pero opina que es “una cosa que no se puede evitar, que ha pasado en otros lugares del mundo”.

“Lástima que todavía en mi país está todavía muy atrasado en el sentido de asimilar que el reguetón es la música que está en tendencia en estos momentos. Entonces, es a lo mejor por eso que estamos más reprimidos, pero pienso que todo se va a solucionar porque es una música hecha simplemente para que las personas la disfruten”, dijo.

Según el reconocido compositor Osmany Espinosa, la falta de acceso a Internet para la promoción del género es uno de los principales obstáculos que enfrentan las disqueras y músicos independientes a la hora de difundir sus trabajos.

“Tenemos un Internet muy limitado, que cuesta muy caro (…) yo creo que ese es el primer escollo y talón de Aquiles que tenemos nosotros, que trabajamos durante años con disqueras íntegramente nacionales, con las que no se podía exportar la música”, expresó.

Sobre el fenómeno del Cubatón, Espinosa explicó que los músicos se enfrentan a la limitante de que las disqueras de Cuba no tienen permitido grabar ni producir reguetón, música urbana o de calle.

“A partir de que fueron apareciendo casas productoras como la mía (La Oficina Secreta) que en la Isla tiene mucha repercusión, hemos podido juntarnos con otras disqueras internacionales como Planet Records para llevar un poco la música a niveles internacionales”.

“La radio no nos pone, ni la televisión. Cuesta mucho trabajo, por eso buscamos medios alternativos para que la música se difunda”, concluyó.

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