La cantante cubana Haila María Mompié llegó a la ciudad de Miami el pasado día 28 para celebrar su cumpleaños. Cierta parte del exilio en esta ciudad aún recuerda aquel día en que dicha intérprete ensalzaba a Fidel Castro. Con una sonrisa de lado a lado, Haila hacía su entrada triunfal a la ciudad del sol. La misma sonrisa que dedicó al tirano.
La intérprete de temas como Quién fue y Mi alma duele se aprovecha, como tantos otros cantantes cubanos, de unos de los cimientos de esta nación: la democracia. Al igual que ella, han arribado a este país varios músicos originarios de la Isla. Como ciudadanos libres del mundo en que vivimos, los Estados Unidos de América les da la oportunidad de salir de la Isla prisión.
No me es menester juzgar la democracia de este gran país, al contrario. Es tan grande que por las calles de Miami podemos encontrarnos a gentecilla de la que otrora repudió a sus compatriotas allá en Cuba, solo por oponerse al régimen de La Habana.
Haila y sus colegas son suertudos. Entran felices a Miami, una ciudad demonizada por su ídolo Fidel Castro. Ellos minimizan las penas de otros que les impiden entrar a Cuba. Es un secreto a voces que los mandamases cubanos deciden quién puede o no ingresar al archipiélago.
Soy de esos vetados por el régimen. Hace tres años mi madre falleció. Solicité por los organismos correspondientes un permiso que me dejara ver por última vez a ese ser querido. La respuesta de La Habana fue rápida y concisa; “No”. ¿Por qué? Por haber ejercido el periodismo independiente y denunciar las atrocidades contra mis paisanos.
No iba a celebrar mi cumpleaños. Mucho menos llevaba una sonrisa. Solo quería abrazar un cuerpo inerte que sucumbió al cáncer de ovario. Pero en Cuba sabemos que no hay democracia. Un detalle que pasan por alto los felices músicos cubanos que arriban a Miami. Esos cantantes, que hasta ahora no denuncian la crueldad del régimen, se han adueñado de nuestro Miami. Hemos permitido que lo hagan. Somos los mayores culpables de sus entradas triunfales. Como Mompié.
Quisiera que todos ellos se pronuncien por la misma situación, pero a la inversa. Que nos permitan entrar (a todos por igual) a nuestro país y podamos llevar más que una sonrisa. Que celebremos más de un aniversario.
Bien por Haila que se pasea por las calles de Miami. Su sonrisa demuestra que es feliz aquí, en la ciudad que el hombre que ella besó y honró siempre fustigó como una urbe llena de “gusanos”. Rodeada de estos, celebra su 'cumple' por todo lo alto.
Mientras otros aún añoramos visitar tristemente una tumba que sí tiene verdaderos gusanos, tenemos que ver cómo ellos, los artistas cubanos, llegan a Miami, felices y contentos, como Haila María Mompié.
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