Son múltiples los obstáculos que la Seguridad del Estado de Cuba despliega para coartar la actividad de periodistas independientes, destacados opositores y miembros de organizaciones opositoras o de la sociedad civil no reconocida por el régimen.
Entre los principales está el hecho de que se otorguen el derecho a visitarte en tu casa a cualquier hora del día o de la noche para advertirte y amenazarte. Te impiden salir de tu domicilio o te viran cerca del lugar al que acudías. En ambos casos, si tratas de exigir tus derechos ciudadanos te introducen en un carro patrulla y te conducen hasta una unidad de la PNR situada a varios kilómetros del lugar en que estás y de tu casa. Allí puedes permanecer hasta el otro día y tal vez salgas acusado de “resistencia a la autoridad”.
Este hecho de por sí constituye un delito de secuestro, sancionado en todo el mundo. Porque además de lo planteado anteriormente, te impiden comunicarte con tus familiares, negándote un derecho que le es permitido hasta a los delincuentes más connotados.
Te pueden cercar la vivienda con un aparatoso operativo policial para impedir que aquellos que esperas no arriben a ella. En ocasiones, cuando pretendes viajar al exterior te montan en una patrulla y te pasean por toda la ciudad a la espera de que pase la hora de tu vuelo.
Todas estas acciones constituyen fragrantes violaciones de la Constitución del país, pero los obliga a dar la cara y a hacerle frente al represaliado.
En la actualidad para impedir los viajes al exterior están utilizando una muy cobarde forma de hacerlo y ésta es la llamada “regulación”, pues mediante ella no se ven obligados a enfrentarse a las personas.
Sucia y mezquina maniobra porque usted, por muchas puertas que toque, jamás llega a conocer, aunque lo sabe, cuál es el organismo que le impide viajar. Pero además, nunca lo previenen de que le han aplicado la "regulación".
Sucia y mezquina maniobra porque usted, por muchas puertas que toque, jamás llega a conocer, aunque lo sabe, cuál es el organismo que le impide viajar. Pero además, nunca lo previenen de que le han aplicado la "regulación".
Para enterarse que sin cometer delito alguno usted ha sido encerrado en su patria, definición exacta de "regulado", tiene dos formas. La más común es que se entere cuando arriba al área de Inmigración del aeropuerto. Allí, luego de haber gastado dinero en pasaje y en visa, frescamente le comunican que…. ¡Usted está regulado!
La otra la forma de conocerlo es, como yo, hace unos días me enteré de mi encierro. Cuando fui a renovar mi pasaporte, tras gastar 20 CUC en el sello y dos días de gestión, al llegar el momento de fotografiarme para terminar el trámite me llama la oficial de Inmigración:
-Ya todo estaba listo, pero hay un problema. Usted aparece aquí como regulado.
Lanzo la inútil pregunta.
-¿Quién me reguló?
-No, ¡eso aquí no lo sabemos!
La solícita oficial me da algunas sugerencias, pero cuando le dije que no se preocupara más que yo estaba regulado por la Seguridad del Estado se quedó callada. Después me indicó que fuera de vez en cuando por allí para que pudiera enterarme de cuándo me habían quitado la medida.
Al año cientos de cubanos que de una forma u otra se enfrentan al régimen, son regulados, sin que medie nunca la más mínima explicación.
Y es lógico que no la den, porque entonces tendrían que pronunciar la palabra que siempre niegan: ¡Represión!
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