Ironías de la historia:
"Venimos a hablarle a la emigración cubana de Nueva York y de Estados Unidos…"
"Los cubanos tienen que emigrar de su tierra porque allí honradamente, no se puede ganar el pan..."
"Este espectáculo de millares y millares de cubanos obligados a abandonar su patria, y yo, que he presenciado esa tragedia, me pregunto muchas veces, sí será posible que cualquiera de estos cubanos tenga que vivir así, diez, quince, veinte, treinta años…"
"Cada día son más los cubanos que llegan y las colas son interminables frente al Consulado Americano".
"El pueblo entero está emigrando. Como Placetas, como Fomento, como Cienfuegos y para decirlo más brevemente como Cuba entera".
Fidel Castro. Nueva York, 5 de octubre de 1955.
La estampida migratoria provocada por el triunfo revolucionario desde el mismo 1ero de enero de 1959 no ha cejado, pero clasificarlos por separado como emigrantes políticos o económicos es un error.
Aunque Fidel Castro trató de encasillar a la emigración de las últimas décadas como económica, esos hombres y mujeres que han huido en desbandada de su patria también lo hacían por la asfixia política y social que siempre ha imperado. Régimen que te considera traidor y "vende-patria" por el simple hecho de protestar, cuestionar a la dirección del país y a la desesperante situación económica creada por ellos.
Muchos que se consideraban a sí mismos como emigrantes económicos se dieron cuenta de que allí, en tierra prestada, podían expresarse sin temor a ser reprimidos, criticar al Gobierno y a su presidente, que no tenían que practicar la doble moral. Que les era posible organizarse y reunirse a conveniencia sin tener que pedir permiso a nadie. Que increíblemente en ese país foráneo eran más libres que en su propia patria.
En las contadas ocasiones en que el castrismo ha hecho "concesiones" a la emigración ha sido porque la situación nacional e internacional se lo ha exigido.
Este Gobierno que dice rendir culto a la dignidad plena del ser humano luchó por inculcar desprecio y odio contra aquellos compatriotas que abandonaban el país.
Fidel Castro denostó a la emigración porque esos más de dos millones de compatriotas que hoy viven fuera de la Isla, que representan más del 20% de la población, son la muestra de que la "revolución" no es aquello que se pretendía mostrar al mundo y que los cubanos no están conformes con ella.
Un indignante ejemplo lo fue cuando los sucesos de la Embajada del Perú, él los bautizó como "escorias" y se les trató peor que a los perros. Denigrante, lo que hicieron algunos cubanos con sus coterráneos y el Gobierno lo aupó y permitió.
En esa fecha, Fidel Castro, a más de los insultos e improperios habituales dijo, con soberbia, de los que por el Mariel partían: "Ni los queremos, ni los necesitamos".
A tal punto llegaba el odio y el desprecio que sentía por los cubanos que se "quedaban" fuera del país que en el 2010 siendo un anciano enfermo manifestó en una de sus "reflexiones", refiriéndose a los deportistas que "…no debía permitírseles, nunca, regresar a su patria, pues vienen a restregarles en la cara a los otros su dinero y posibilidades".
Se dice que Raúl está haciendo "concesiones" a la emigración. ¡Para nada! Él solo está restableciendo derechos que el régimen les había arrebatado. No porque los quiera, sino porque: ¡los necesita!
Está reintegrando esas facultades en función del contexto internacional que se le presenta al régimen y tratando de venderse ante la emigración como el buen hombre que nunca ha sido.
Esas "nuevas leyes migratorias" tienen aún muchas carencias. Hay cubanos que siguen desterrados, privados del derecho de entrar a su patria cuando lo consideren conveniente. La emigración tampoco puede participar en el proceso eleccionario del país. Amparado esto en una Constitución hecha a conveniencia. Para tener atención médica "gratuita" o poseer propiedades en Cuba tienen que poseer el carnet de identidad que los acredita como residentes en el país.
Que nadie se llame a engaño, que la emigración no se deje estafar. Las condiciones económicas del país y el contexto internacional no le son favorables. Por eso dictan medidas que no encajan en el ánimo del Partido Comunista de Cuba.
El régimen los sigue viendo como enemigos del castrismo y en su espíritu sigue vivo lo dictado por Fidel Castro hace 35 años:
"¡Ni los queremos, ni los necesitamos!"
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en:
Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.