CARACAS, 19 mar (Reuters) – Un sondeo divulgado el lunes por la Asamblea Nacional de Venezuela, de mayoría opositora, reveló la agudización de la crisis en el sector médico de ese país bolivariano.
La falta el agua y alimentos, así como de medicinas o utensilios básicos, como catéteres, para atender a los pacientes, son algunos de los problemas más frecuentes en los centros de atención primaria.
El sondeo que elaboró el Congreso entre médicos venezolanos busca suplir la falta de data oficial, una vez que dejaron de divulgar los boletines epidemiológicos hace dos años, conforme se acentúa la crisis económica y con ella la masiva fuga de profesionales, entre ellos, muchos doctores.
Para suministrar detalles sobre el funcionamiento de los hospitales, los trabajadores de la salud en muchos casos informaron a escondidas los datos de centros públicos y privados.
"El gobierno ha tomado la decisión de no informar, de ocultar la verdad. La verdad es que cada día mueren venezolanos por falta de insumos y por falta de medicinas", dijo el diputado opositor y médico oncólogo José Manuel Olivares al presentar el reporte el lunes.
Todos los indicadores que toma en cuenta la medición empeoraron en el 2018 y las fallas se acentúan incluso en los servicios de salud privados, concluyó el informe.
Según la encuesta, un 79 por ciento de los hospitales tienen fallas en los servicios de agua, un problema que se presentó en 63 por ciento de los centros de salud el año pasado. Más de la mitad de los pabellones no funcionan o lo hacen de forma intermitente y solo un 7 por ciento de los servicios de emergencia están completamente operativos.
"Cada número que ven ahí, detrás de él hay una historia. Hay un padre, hay una madre, hay un hijo… hay un venezolano que sufre", dijo Olivares, al revelar que al momento del sondeo en esos centros de salud no contaban con 88 por ciento de las medicinas más esenciales y 79 por ciento de los insumos médicos.
La recesión económica, que se profundizó con la caída de los precios del petróleo, han acentuado la escasez de medicamentos y vacunas, que en su mayoría importa el Gobierno, bajo un férreo control cambiario. A raíz de esas fallas, han resurgido enfermedades erradicadas como la difteria y el sarampión.
En medio del deterioro, los pacientes, activistas y médicos han presionado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros organismos internacionales para que coordine con el Gobierno el paso de ayuda foránea, que por el momento la administración de Maduro rechaza por considerar que el país no se encuentra bajo una crisis humanitaria.
El Ministerio de Información no respondió a una solicitud de comentarios sobre el sondeo que se realizó entre el 1 de marzo y el 10 de marzo, entre trabajadores de 137 hospitales ubicados en 55 ciudades venezolanas.
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