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John Dowd, el abogado principal que defendía al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en el caso de la trama rusa, ha dimitido este jueves. "Amo al presidente y le deseo lo mejor", aseguró en declaraciones a la NBC.
Dowd renuncia después de pedir el domingo pasado el cierre del caso Rusiagate, que investiga la intromisión rusa en las elecciones que dieron la Presidencia a Trump en 2016, basándose en "revelaciones recientes" y el despido del número dos del FBI, Andrew McCabe, un día antes de jubilarse.
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La investigación que busca demostrar si hubo injerencia del Kremlin en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos lleva un año en curso. Iniciada en enero de 2017, se ha centrado, principalmente, en averiguar si Rusia movió ficha para decidir que Donald Trump fuera presidente de los Estados Unidos. También se centró en analizar la reacción del Gobierno a esa hipotética intromisión rusa, así como las filtraciones interesadas o si los asesores de Trump tuvieron contacto con la Inteligencia de Putin.
Según publica Rusia Today, en la investigación se han revisado 300.000 documentos. En total se han interrogado, en calidad de testigo, a 73 personas, entre ellas el yerno de Trump y marido de Ivanka Trump, Jared Kushner. También al famoso asesor de campaña del actual presidente, Stephen Bannon, que fue destituido en agosto del año pasado. Su despido llegó después de conceder una entrevista a una revista progresista en la que contradecía la política exterior de su jefe.
Bannon fue llamado a declarar ante el fiscal especial que investigaba la trama rusa, Robert Mueller. Lo hizo a puerta cerrada ante el Comité de Inteligencia de Cámara de Representantes. En ese momento se creyó que podía aportar elementos a la investigación porque acababa de salir publicado el libro Fuego y furia: dentro de la Casa Blanca Trump, del escritor Michael Wolff, en el que se incluía una frase de Bannon describiendo como "traidora" una reunión mantenida con los rusos durante la campaña electoral de Trump.
Siempre se ha barajado la posibilidad de que la investigación de la trama rusa lleve al presidente Trump a declarar ante el fiscal especial. Sin embargo, esto de momento no ha sucedido.
El domingo pasado Trump arremetió con dureza contra el equipo que investiga el Rusiagate. En su cuenta de Twitter, el presidente escribió: "¿Alguien piensa que esto es justo? ¡Y sin embargo no hay colusión!
El presidente siempre ha entendido que la investigación es una cacería de brujas porque él está convencido de que no ha habido colusión ni delito.
A Trump le molesta especialmente que 13 demócratas, muchos de ellos, partidarios de Hillary Clinton, formaran parte del equipo de investigación de la trama rusa y que no haya ningún republicano entre ellos. Por eso atacaba con fiereza al fiscal Mueller, que no ha conseguido llevarlo a declarar.
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