Mucho tiempo ha pasado desde que la cantante estadounidense Britney Spears fuera catalogada como la ‘Princesa del pop’. Entre escándalos y crisis existenciales (aquella en la que se rapó la cabeza), su presencia en los medios ha ido desvaneciéndose hasta quedar solo como un referente de la música y el glamour de los noventa.
Pero Britney, a sus 37 años, ha vuelto a saltar al ojo público con su recién estrenada figura. La intérprete de “Baby one more time” luce hoy una imagen muy diferente a la de su juventud, obtenida gracias a una intensa actividad física y algún que otro retoque quirúrgico o digital.
La cantante, que acumula más de 19 millones de seguidores en su cuenta de Instagram, ha vuelto a levantar polémica tras protagonizar la más reciente campaña de la famosa marca japonesa Kenzo, en la que aparece con un rostro irreconocible.
“¿De quién es esa cara?”, le preguntan algunos de sus fans a través de las redes sociales, donde la artista ha subido algunas de las imágenes más sugestivas de la colección ochentera de Kenzo, Memento No 2.
Además de aparecer con un abdomen de envidia, Britney hace gala de un rostro que recuerda mucho al de la actriz Jessica Simpson. Los fans de la intérprete de Toxic no han demorado en percatarse del cambio: la cantante luce unos labios y una nariz totalmente nuevas.
Aunque no lo ha admitido públicamente, los rumores sobre las cirugías plásticas de la artista se han fortalecido desde 2016, cuando publicó una foto junto a Hillary Clinton en la que parecía que había perdido parte de sus facciones, así como la capacidad de gesticular como antes.
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