Santiago de Cuba, tarde de sábado. Un grupo de jóvenes se disponen a despedazarse los unos a los otros. Son amigos, pero aun así, nadie saldrá ileso del encuentro.
De lunes a viernes son estudiantes universitarios, de la enseñanza media, investigadores de centros científicos, custodios en instituciones santiagueras, emprendedores privados…, pero el último día de la semana se convierten en «tiny», «wisp», «naga siren», «jakiro», «slardar», héroes del famoso juego Dota, que en inglés sería Defense of the Ancients y en español Defensa de los Ancestros.
A eso de las dos de la tarde comienzan a encontrarse en las paradas de las «guaguas» o en las «camionetas». Se saludan, hablan de las noticias del mundo del Dota 2, comentan estrategias y repeticiones de juegos profesionales… Se acompañan de un pequeño bolso. En él llevan agua y alimentos ligeros. Cada sesión sabatina de entrenamientos dura unas cuatro horas y nadie quiere desperdiciar ni un segundo buscando comida. Ellos se lo toman tan en serio como un deportista de alto rendimiento.
Practican en las aulas de DESOFT, institución ubicada en la céntrica Plaza de Marte, que ha prestado vital ayuda para el desarrollo del DOTA en Santiago de Cuba. Ponen a disposición de estos jóvenes dos aulas, separadas, con computadoras que cumplen los requerimientos del famoso videojuego. Aquí apuestan su prestigio dos de los equipos más importantes de ese eSport: Iron Gaming y Why so serious.
Como cada sábado llegan a DESOFT. Pero en esta ocasión el ambiente está enrarecido. Algo ha pasado.
La historia de Diego
“Diego arregla eso ahí”. Así saludan a este joven estudiante de Cibernética. Acaba de salir un nuevo parche, el 7.10, y nadie está seguro de cómo instalarlo, pero no quieren comenzar sin las novedades que trae. Cada sesión de entrenamientos dura unas cuatro horas, este proceso puede demorar y afectar la jornada. No hay tiempo que perder.
Son unas 10 personas, entre 18 y 30 años aproximadamente, pero en materia de DOTA eso no tiene importancia pues solo se habla de roles, funciones y habilidades. Son miembros de dos equipos que cada sábado entrenan unos contra otros. Fuera del juego hay fraternidad, pero cuando se inicia, se convierten en feroces y despiadados enemigos.
Con solo 20 años, Diego Torres Otero es casi fundador de los juegos de DOTA en Santiago de Cuba, y sin dudas uno de los artífices de los torneos de primavera, verano e invierno que se realizan en la ciudad.
“Para mí el DOTA no es solo una forma de diversión sino una manera de hacer amistad y compartir con amigos”, asegura y explica “también es entretenimiento sano y una forma de ganar habilidades, porque hay que adaptarse constantemente a los cambios en el juego. Estudio Cibernética en la Universidad de Oriente, y Dota me ha ayudado a mi formación como futuro profesional, y por ser un deporte me ha aportado actitud ante la vida y ante los estudios”.
Aunque para algunos los llamados «eSports», o deportes electrónicos, no sobrepasan el hecho de ser una chiquillada de adolescentes, o una forma de perder el tiempo, –y Cuba no escapa a esa triste realidad– quienes lo practican defienden que “es competitivo, permiten la superación de individuos y equipos, lleva entrenamientos, prácticas, estrategias, planificación… sin olvidar el talento y habilidades de cada cual”.
Imagínese un ajedrecista. Así mismo son los doteros: intensos programas de entrenamientos y búsqueda casi irracional por mejorar la concentración, las estrategias y las habilidades. En Cuba se practica a un nivel menos profesional y los amantes dedican muchas menos horas, pero no falta la pasión que cada cual es capaz de entregar.
Detalles como la falta de organización, la accesibilidad a torneos internacionales, la imposibilidad en ocasiones de participar en certámenes nacionales, la falta de reconocimiento, incomprensiones… sin dudas lastran el desarrollo de los eSports en Cuba, y DOTA no escapa.
Con solo 14 años Diego conoció el mundo de los eSports, con DOTA y StarCraft, “fue mi hermano Daniel quien llevó ambos a la casa. Al inicio me interesó más StarCraft, luego el DOTA”, acota y según él incursionar en este mundo, justamente de la mano de su hermano, ha tenido gran significado “cuando éramos pequeños discutíamos bastante. Él me lleva siete años. Cuando tuvimos intereses comunes, como el DOTA, empezamos a llevarnos mejor. Hoy intercambiamos opiniones, discutimos estrategias…”.
“Al principio la familia lo veía como una pérdida de tiempo, pero después lo aceptaron. Vieron que éramos dos hermanos que lo hacíamos y nos gustaba. En sentido general las personas, las generaciones más jóvenes, juegan más y los que practican los deportes electrónicos hemos sido menos marginados, pero aún hoy hay quienes lo consideran una pérdida de tiempo, especialmente los más viejos. Otra cosa. El DOTA envicia y obsesiona igual que puede hacerlo el fútbol. Hay quienes piensan que por ser un videojuego es más adictivo, pero es que el fútbol también puede serlo. Cuando lo asumes con el rigor y la disciplina de un deporte, no debe pasar”, sentencia.
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Casi una hora se ha perdido. Actualizar el parche del DOTA en cada máquina fue más difícil de lo previsto. Han salido otros contratiempos como los virus que infectan las aplicaciones y problemas con la red. Pero finalmente todo está listo y se da el «ok» final. A conectarse.
Diego (PL@ge) es el «carry» del equipo Iron Gaming; su hermano Daniel (Kyone), el capitán y «support». Están tan compenetrados, que la estrategia de «pickear» (seleccionar héroes) y «banear» (sacar del juego algunos héroes), la realizan juntos. Aslan (Allucard) es el «hard linner», Javier (Sparrow)el «mid», y Chicho (SurvivalX) es «support» también.
Casi todo es válido, desde el «pickeo» y el «baneo», pasando por el uso casual de la pausa –que bien puede ser el equivalente a la falta intencional en el baloncesto– hasta llegar al casi frenético clic del mouse, una forma de evitar el ataque automático de los héroes. Al final, ¿qué es el DOTA sino un juego de estrategia?
Ya saben qué novedades trae el nuevo parche, los héroes que ahora vienen «duros» y cuáles son casi una basura. Es esta una de las estrategias que aprendieron y que les ha convertido en uno de los mejores equipos de Santiago de Cuba. Tienen que afilar aún más sus habilidades hoy, un miembro regular no ha podido venir y tienen k salir a la arena con un sustituto. Eso es un inconveniente que quizás le pase factura al final de la tarde.
Pasos para un torneo en Santiago de Cuba
Aproximadamente en 2013, cuando no era común hablar de DOTA en el país o de los videos juegos como deportes electrónicos, un equipo de Santiago de Cuba visitó la provincia de Granma para participar en un torneo. Casi pierden el orgullo cuando resultaron vencidos en los 14 partidos realizados, y eso que eran el equipo número uno en la tierra caliente.
Pero el sabor de derrota se convirtió en camino para recuperar el orgullo. Fue así que nació la idea de organizar torneos en Santiago de Cuba para propiciar los topes internamente y mejorar la práctica de ese deporte en la provincia.
A la par, decidieron fortalecer la práctica también desde el conocimiento. El acceso a internet fue vital para descargar videos, materiales y sobre todo repeticiones de partidas profesionales que les ayudó a crear estrategias más criollas.
En 2014 comenzaron a organizarse el primer torneo en el Centro Tecnológico de Ferreiro. Tuvo la desdicha de estar marcado por la informalidad y por su larga duración (tres meses). Dos años después trasladaron el cuartel de operaciones para DESOFT, en la Plaza de Marte, que ofreció la posibilidad de realizar encuentros mejor estructurados. Un apoyo de una institución estatal que, según los doteros santiagueros, ha sido vital e imprescindible para el desarrollo de este eSport.
Pero DESOFT también aportó dos detalles que sin dudas han sido muy atractivos para el deporte y sus practicantes: dos aulas separadas que dan privacidad a la hora de trazar estrategias y un tercer local donde se puede proyectar el juego, separado de los doteros, y que atrae la mirada curiosa de quienes gustan el DOTA.
La aspiración de los doteros santiagueros es llegar a tener primero su agrupación, una especie de organización con estructura, luego reconocimiento institucional y su propio torneo, además de la existencia de un rankin nacional con los mejores equipos y jugadores, y no solamente de La Habana como pasa en la actualidad, y por supuesto, llegar a formar parte de la Agrupación de Deportes Electrónicos de Cuba (ADEC).
Pero el gran sueño, de Diego y de muchos otros que comparten la pasión por el DOTA, es ver un equipo cubano abriéndose paso en el escabroso camino de llegar a un evento internacional. Una realidad difícil cuando se conoce que este, igual que otros eSports, requiere de gran apoyo estatal, especialmente cuando se habla de tecnología y conectividad a internet.
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La tarde fue mala para los chicos de Iron Gaming. Perdieron tres de los cuatro partidos. Finalmente no tener un miembro regular del equipo les salió bien caro.
Aunque no era uno de los tres torneos (primavera, verano e invierno) que se realizan cada año en Santiago de Cuba, el sabor de la derrota nunca es agradable. No obstante, la ausencia de un miembro regular habla a las claras de la hermandad y la compenetración que han logrado los cinco integrantes de Iron Gaming.
Para Diego, que siempre será diversión en primera instancia el DOTA y las tardes de sábado, no pierde la sonrisa. Al final siempre se aprende algo, incluso de las derrotas. Además, pasar la tarde con los colegas, siempre recibe su guiño de complicidad.
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