La cubana Ana Almira denunció a través de sus redes sociales haber sido víctima de discriminación en una farmacia CVS en Miami.
Según comenta en un vídeo publicado en su perfil en Facebook, cuando llamó a una farmacia para pedir un medicamento, un dependiente le dijo que tenía que hablar inglés.
La mujer, sorprendida ante lo que le ocurrió a la vez que indignada, se dirigió al local, ubicado en la 67 Avenida Calle 40 del Suroeste de Miami.
Una vez allí -grabando todo con su teléfono móvil- preguntó quién le había dicho por teléfono que ella debía hablar inglés.
“Te voy a explicar algo, que evidentemente no debiera explicártelo yo que soy una emigrante. En la Unión de Estados americanos el idioma inglés por ley federal no es un idioma oficial; entonces yo no tengo que hablar inglés, tú tienes que hablar español” le dice al joven que aseguró haberla atendido por teléfono.
“Ahora mismo el dueño de esta franquicia va a perder seis custumers por tu maltrato a mí y por tu racismo” le asegura a continuación.
“En todo caso tú y yo tendríamos que hablar el idioma que hablan los miccosukees que son los dueños y los nativos de esta tierra” le dice la indignada clienta, quien compartió el vídeo con el mensaje “todavía seguimos siendo victima de racismo en una nación conformada por inmigrantes”.
“Si eres hijo de latinos vergüenza le dará a tu madre y a tu abuelos que tú estés haciendo semejante cosa” agrega a la par que le alerta “no creas que esto lo voy a dejar así porque no le voy a permitir a personas como tú que sigan maltratando a los emigrantes” añadió.
Tras este intercambio de palabras aparece otra dependienta que le pide que baje la luz de la cámara. Ana Almira, sin embargo, se marchó finalmente sin la receta ni el medicamento.
El episodio, lamentablemente, no es insólito. Hace unos meses un joven, también cubano, fue víctima de un acto discriminatorio igual, cuando un dependiente de una tienda 7-Eleven de Tampa (Florida) le pidió que hablara en inglés, "pues estaba en los Estados Unidos."
Otra cubana, Rebecca Prinstein, vivió el mismo desagradable momento en una tienda UPS en Kendal, donde un trabajador profirió la frase "f*** spanish." En esa ocasión, el dependiente fue despedido.
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