IXTEPEC, México/EDINBURG, Texas, 3 abr (Reuters) - En algunas ciudades mexicanas que albergan a una "caravana" de más de 1.200 emigrantes centroamericanos que se dirigen a la frontera con Estados Unidos se ha desplegado la alfombra de bienvenida a pesar del llamado del presidente Donald Trump para que las autoridades mexicanas los detengan.
Funcionarios locales han ofrecido alojamiento en plazas y almacenes vacíos o ayudaron con el transporte de los emigrantes, que participan en un viaje organizado por el grupo en defensa de los inmigrantes Pueblo Sin Fronteras. Los funcionarios han reunido autobuses, autos, ambulancias y camiones policiales, pero puede que la ayuda no sea completamente altruista.
"Las autoridades quieren que dejemos sus ciudades", dijo Rodrigo Abeja, un organizador de Pueblo Sin Fronteras. "Nos han estado ayudando, en parte para acelerar la salida del gran grupo de sus jurisdicciones", agregó.
En algún momento de esta primavera boreal, el viaje de 3.200 kilómetros de la caravana, que comenzó el 25 de marzo en Tapachula, cerca de la frontera con Guatemala, terminará en el límite con Estados Unidos, donde algunos miembros solicitarán asilo, mientras que otros intentarán entrar al país.
Abeja dijo que hay mucha presión de las autoridades para detener la caravana "por la reacción de Donald Trump". El gobierno mexicano emitió un comunicado el lunes por la noche asegurando que está comprometido con la emigración "legal y ordenada".
El gobierno dijo que la caravana lleva realizándose desde 2010 y está compuesta principalmente por centroamericanos que entraron a México incumpliendo los requisitos legales necesarios.
"Por esta razón, participantes de esta manifestación se encuentran sujetos a un procedimiento administrativo migratorio, en tanto que alrededor de 400 han sido ya repatriados a sus naciones de origen, con estricto apego al marco legal y pleno respeto a sus derechos humanos", señaló.
Los que no tengan permiso para permanecer en México o que no lo hayan solicitado por los canales adecuados podrían ser devueltos a sus países, dijo un funcionario del gobierno que pidió mantenerse en el anonimato.
Donald Trump cargó el lunes en Twitter contra la caravana, acusando a México de no hacer nada para detener el flujo de personas que cruza de manera ilegal la frontera estadounidense.
El ministro del Interior mexicano, Alfonso Navarrete, no se refirió de forma directa a la caravana, pero dijo en Twitter que habló con la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kirstjen Nielsen, y que acordaron "analizar las mejores vías para atender los flujos migratorios de conformidad con las leyes de cada país".
(Reporte adicional de Dave Graham, Lizbeth Díaz, Diego Oré y Daina Beth Solomon; editado en español por Carlos Serrano)
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