MATÍAS ROMERO, México, 4 abr (Reuters) – A pesar de que el presidente estadounidense Donald Trump presionara al mandatario mexicano Enrique Peña Nieto por la situación de los migrantes hacia Estados Unidos, muchos centroamericanos varados en México se comprometieron con continuar su viaje, manteniendo la esperanza de llegar al norte.
Un grupo de los 1,100 inmigrantes, la mayoría hondureños, marchó por las calles de la ciudad sureña de Matías Romero la noche del martes, cerca del lugar donde acampan desde el fin de semana, para llamar la atención sobre su situación.
Pero sus perspectivas de permanecer en la caravana "Viacrucis migrante 2018", camino a la frontera con Estados Unidos u otras partes de México, mermaban con el paso de las horas.
Trump arremetió contra la caravana, organizada anualmente por la ONG "Pueblo Sin Fronteras" desde 2010, con el objetivo de llamar la atención sobre los derechos de los migrantes y brindarles ayuda mientras huyen de la violencia en sus países.
El mandatario estadounidense dijo que firmará una orden para desplegar a efectivos de su Guardia Nacional en la frontera con México, a pesar de que la mayoría de los integrantes de la caravana adelantó que no planea llegar a Estados Unidos.
El hondureño Christian Rosale, de 22 años, había abandonado la caravana pero regresó a ella el lunes por la noche, temiendo su inminente arresto y deportación. "Demasiado gasto para venirme y (ahora es) dinero perdido", contó.
"Sea como sea, voy a conseguir el dinero y me voy. Me voy a comprar un boleto de autobús a Tijuana y me voy yo solo. No quiero ser detenido. Ya no voy a seguir en la caravana", agregó.
Funcionarios mexicanos de migración continuaban el miércoles registrando nombres y emitiendo permisos a algunos migrantes que les dan 20 días para abandonar México, un período mucho más corto que el que les tomó llegar a la frontera con Estados Unidos en años anteriores, dijeron los organizadores.
"Vamos a movernos para decirle a Trump que no le tenemos miedo y que estamos en nuestro derecho", dijo María Elena Colindres, una opositora hondureña que busca asilo luego de una serie de violentas protestas a fines del año pasado por los resultados de la elección presidencial.
(Escrito por Diego Oré Editado por Silene Ramírez)
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