Miami, 19 abr (EFE).- Los exiliados cubanos en EE.UU. coincidieron hoy en calificar de "insulto a la democracia", "farsa" y "arbitrario" el relevo en la Presidencia cubana, tras la ratificación de Miguel Díaz-Canel por la Asamblea Nacional como sucesor de Raúl Castro en el cargo.
Cinco de los más influyentes grupos del exilio cubano en Miami (Florida) expresaron a Efe con rotundidad su rechazo a una cesión del testigo en la Presidencia que no modifica un ápice el férreo sistema de principios revolucionarios que atenaza a la isla.
Apenas vislumbran esperanzas de apertura democrática, pues la continuidad del modelo está asegurada y "ratifica un sistema impuesto en Cuba desde hace 60 años sin que sus ciudadanos hayan sido consultados", dijo a Efe Antonio Díaz Sánchez, secretario general del Movimiento Cristiano de Liberación (MCL), fundado por el fallecido opositor cubano Oswaldo Payá.
Díaz defendió como factor ineludible para iniciar un "proceso de transición democrática" el cambio de la ley electoral en la isla, un paso previo presentado a la Asamblea Nacional a través del denominado "Proyecto Varela" que solo acarreó el arresto y prisión del coordinador del MCL, Eduardo Cardet.
Mientras no se produzca un cambio de ley electoral, algo que viene reclamando esta organización mediante la campaña "Un cubano, un voto", todo el proceso de comisión de candidaturas y elección presidencial no es más que un "fraude electoral, un embuste".
"Esa es la esencia del fraude y la farsa que se ha realizado para colocar un sucesor (a Raúl Castro) que sostenga la continuidad del régimen", apostilló el activista.
Díaz-Canel, de 58 años, supone un salto generacional en la dirigencia del régimen, pero los exiliados no contemplan ningún tipo de cambio o apertura política, "más bien la continuación de una pesadilla", afirmó a Efe Orlando Gutiérrez, líder del Directorio Democrático Cubano.
La ratificación hoy de Díaz-Canel supone "más de lo mismo para el pueblo cubano", opinó Gutiérrez, es decir, " más pobreza, ausencia de libertades y más represión y presos políticos".
Gutiérrez catalogó de "simulación y circo" el proceso de relevo al frente del Gobierno, en un "momento crítico para la nación (cubana)".
A la vez, fijó como única fórmula de gobierno, "para sacar adelante" al país, la que se sustancia en la "devolución de las libertades y derechos y la convocatoria de elecciones libres multipartidistas".
Para Francisco "Pepe" Hernández, de la Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA), mientras "no cambie la naturaleza del sistema nada va a cambiar", ya que la cuestión de fondo no es "quiénes representan al Gobierno, sino cómo son elegidos" los que lo hacen.
El directivo de la FNCA exhortó a las nuevas generaciones de líderes políticos en la isla a que propicien una "transformación estructural del sistema" y "abran un espacio de oportunidades al pueblo cubano".
Para Ramón Saúl Sánchez, presidente del Movimiento Democracia, la ratificación de Díaz-Canel significa que "desgraciadamente el 'dedazo' impuesto por Raúl Castro se ha consumado".
Por ello, Sánchez llamó a los países democráticos a "desconocer a Díaz-Canel como presidente cubano hasta que no haya un "compromiso" del Gobierno a "realizar un plebiscito vinculante y consultar con los ciudadanos el tipo de sistema de gobierno que quieren".
Por primera vez en casi seis décadas, alguien que no sea un Castro ocupa ese puesto, un hecho histórico que, sin embargo, solo entraña, para los exiliados, "continuismo del sistema", agregó Sánchez, cuya organización celebrará esta noche en Miami una vigilia en "recuerdo de las víctimas de la dictadura de la familia Castro y en protesta al falso traspaso de la Presidencia".
Solo podremos hablar de cambio cuando se articule un "proceso electoral libre en el que sea el pueblo cubano y no la familia Castro el que decida su destino", subrayó.
Coincidió con los demás líderes del exilio en calificar de "burla y farsa que no engaña a nadie" el proceso electoral cubano, tras "sesenta años en que no ha habido ningún candidato que haya podido aspirar contra Fidel y Raúl Castro".
La líder y activista cubana Sylvia Iriondo, del movimiento MAR (Madres y Mujeres Anti-Represión) por Cuba, aseguró que la sucesión de Díaz-Canel al frente del Gobierno, tal como decidió Castro, no ha sido más que "una puesta en escena".
Una jugada política del régimen para que "se proyecte que hay algún cambio, cuando todo sigue igual", dijo a Efe.
Iriondo denunció además la "doble moral" que se exhibe en muchos países al "llamar presidente a quien es un dictador", señaló en referencia a Cuba.
Durante su primer discurso ante la Asamblea Nacional, Díaz-Canel dijo hoy que asume "la responsabilidad con la convicción de que todos los revolucionarios seremos fieles a Fidel y a Raúl".
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