Ambientada en La Habana de 1993, El secadero está protagonizado por Eduardo Martínez y Raúl Capote, ambos muy conocidos en el ambiente del audiovisual independiente cubano por filmes como Santa y Andrés o La piscina, respectivamente.
El secadero cuenta una historia que ya ha despertado ciertas suspicacias entre las autoridades del audiovisual cubano. Se trata de un asesino en serie que decapita policías y anda suelto, en el momento más crudo del Periodo Especial. Pero los verdaderos protagonistas, en vez del asesino en serie mencionado, son dos policías, Mario y su compañero, que encuentran la séptima cabeza y deben llevarla a la estación, pero un robo del “órgano policial” los desvía a la guarida de El Sueco, rey del underground habanero y dueño de El Casino. En un tono tarantiniano y de humor negro, el filme también juega con referentes cubanos como el cine de Daniel Díaz Torres en Kleines Tropicana y Hacerse el sueco.
Aunque no recibió el apoyo del ICRT ni del ICAIC y ni siquiera de FAMCA, donde estudian el realizador y buena parte de su equipo de trabajo, El secadero logró rodarse gracias al mecanismo de crowfunding en internet, y pudo finalizarse gracias al apoyo de diversas instituciones a través de la sección Haciendo cine de la Muestra Joven del mismo ICAIC, donde el corto ganó el apoyo de Estudio ST, Servicios Audiovisuales para el montaje, DB Studio (post-producción de sonido), Espiral Servıcıos Audıovısuales (Masterización y DCP) y Producciones de la 5ta Avenida & Lía Rodríguez (apoyo financiero para post-producción y distribución). De este modo, El secadero consiguió rodarse y editarse.
José Luis Aparicio debe graduarse este año como realizador en la Facultad Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual (FAMCA) con su corto Summertime, protagonizado por Neisy Alpízar y Raúl Capote. Ha escrito y dirigido los cortos de ficción Iceberg (2015), El almohadón de plumas (2016) y Estática (2017), todos ellos realizados mientras estudiaba en FAMCA. Aparicio también codirigió, el largometraje documental Sueños al pairo, sobre el músico cubano exiliado Mike Porcell. Este filme se encuentra en posproducción y debió significar la graduación en FAMCA de Fernando Fraguela.
En torno a una relación disfuncional, marcada por secretos y mentiras, Summertime fue elogiado por el crítico Frank Padrón en virtud de una morfología puesta en función de conformar un ambiente que, por contraste, resalta lo turbio de una relación en apariencia armónica y sincera.
Escribió el respetado crítico que “en vez de excesos informativos o intercambios superfluos entre los personajes, Summertime se mueve en el terreno resbaladizo de la ambigüedad y la sospecha apoyada en una conseguida ambientación, una atmósfera de casi imperceptible suspense que sin embargo nos conduce al puerto, tampoco enrarecido con soluciones cerradas o terminantes; de hecho, el frecuentemente abusado e injustificado “final abierto” detenta aquí un sentido coherente, a más de motivador”.
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