Adalberto Álvarez, molestísimo: lo hacen presidente de un festival en Cuba y después lo ignoran

El renombrado sonero se queja de que lo han mantenido al margen de la organización del Matamoros Son 2018.

Adalberto Álvarez © Adalberto Álvarez/ Facebook
Adalberto Álvarez Foto © Adalberto Álvarez/ Facebook

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Este artículo es de hace 6 años

El afamado compositor y director de orquesta Adalberto Álvarez ha publicado un texto en su cuenta de Facebook, en el que denuncia las irregularidades en el proceso de organización del Festival Internacional del Son Matamoros Son 2018, para el que no han contado con él, pese a ser el presidente.

Según el popular sonero, él estaba entusiasmado con el encuentro, previsto para celebrarse en Santiago de Cuba del 8 al 13 de mayo. Y aunque tuvo que viajar fuera de Cuba por problemas de salud, pretendió seguir al tanto de la preparación del festejo.


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Sin embargo, a pesar de sus constantes gestiones y llamadas telefónicas, nadie nunca le habló claro de lo que se estaba haciendo, desoyeron sus indicaciones y no lo han tenido en cuenta.

El también pianista y arreglista fue uno de los que en enero convocó al evento, junto a la Empresa Provincial de la Música Miguel Matamoros, de Santiago de Cuba, y el Instituto Cubano de la Música.

Con una trayectoria de más de 25 discos y después de haber actuado junto a figuras de la talla de Oscar D’León y Juan Luis Guerra, al fundador de la agrupación Adalberto Álvarez y su Son le preocupan su prestigio y que se utilice su nombre como presidente de un evento del cual no sabe nada.

A continuación reproducimos el texto íntegro de su queja:

“Buenos días a todos,

Realmente pensé que nunca llegaría el momento de escribir algo así, pero cuando están en juego tu prestigio y la seriedad de tu trabajo es necesario aclarar las cosas.

Si revisan mis escritos desde agosto del 2017 podrán ver con qué entusiasmo comencé a hablar de rescatar el Festival Matamoros Son e incluso la propuesta de celebrar el día nacional de dicho género musical, sabiendo que esto era contraer un compromiso dependiente de todos los factores que tienen que intervenir para poder realizarlo.

Se hicieron varias reuniones, bueno, dos o tres exactamente, y yo tuve que viajar a atender un problema serio de salud, pero con el compromiso de que a partir de ese momento se me consultaría todo lo que se fuera a hacer al respecto.

No voy a hacer el cuento muy largo, yo había dejado una propuesta de programación de la cual les doy algunos detalles.

Gala inaugural: Todos Estrellas del Son.

Orquesta del Festival dirigida por el maestro Joaquín Betancourt y la participación de soneros importantes de todo el país, el maestro Frank Fernández con Corina Mestre y los coros Orfeón y Madrigalista, además de la Sinfónica de Oriente; el Septeto Santiaguero y otros artistas del patio, Pancho Amat y la participación de treseros y pianistas importantes del género.

En cuanto a los bailables, parte de las principales agrupaciones del país con las cuales me comuniqué personalmente; no digo nombres, pero eran muchas. Pendiente, la Declaración del 8 de Mayo, etc.

Reitero que me fui y desde mi llegada al lugar para recibir dicho tratamiento comencé a tratar de garantizar que todo saliera bien, a pesar de no estar presente, como lo pude hacer con la Fiesta del Tinajón en Camagüey, porque siempre hubo comunicación.

Infructuosamente me cansé de llamar a La Habana para tener detalles y poder organizar al equipo de arreglistas, ensayos, artistas, etcétera. Todo esto por gusto.

Advertí muchas veces que el factor tiempo era fundamental para todo lo que se pretendía hacer. También por gusto.

En resumen: estoy en Cuba desde el 8 de abril y no sé nada de lo que va a pasar, porque a mi casa no ha venido nadie ni a saber cómo estoy, ni a decirme, por respeto, qué es lo que se ha hecho, lo que se pretende hacer cuando se usa mi nombre como presidente de un evento del cual no sé absolutamente nada.

Nada de nombres, no voy a caer en eso. Solamente quiero pedir disculpas públicamente a todas las personas que creyeron en mí, al público que me sigue, y especialmente a los músicos con los que había hablado.

Quiero hacer pública mi renuncia definitiva a la presidencia de dicho evento.

El Festival se va a hacer, según tengo entendido. Pero aclaro que para bien o para mal, nada tengo que ver con lo que va a pasar, porque no tengo idea.

Mi salud, gracias a Dios, mejora y no quiero que los disgustos echen a perder lo que se ha logrado. Me voy a concentrar en el trabajo con mi orquesta y seguiré defendiendo el son desde esa posición.

Reitero con mucha pena y mucha vergüenza mis disculpas.

Un fuerte abrazo y no dejen de quererme.

Adalberto Álvarez”.

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