Las elecciones presidenciales que se celebrarán el próximo 20 de mayo siguen centrando el discurso del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, quien envió un claro mensaje en el caso de que no gane los comicios.
"Si algún día llegara un gobierno que pretenda entregar las riquezas, yo sería el primero que daría un grito y tomaría un fusil para hacer revolución armada con el pueblo si fuese necesario. Sería el primero que lo haría y llamaría el pueblo a las armas; sí lo haría, porque aquí hay dignidad", afirmó durante un acto electoral.
"Nadie puede creerse con el poder de ofrecer las riquezas del país a los gringos. Me niego, me niego mil veces", añadió.
El jefe de estado venezolano reiteró la necesidad de obtener 10 millones de votos y arremetió en repetidas ocasiones contra las oligarquías europeas.
"Si me reconoce el noble pueblo de Venezuela, qué carajo me importa lo que diga Europa, qué carajo me importa lo que diga Washington. Yo no le temo a nada ni nadie", alertó el dirigente chavista.
Amenazas a los empresarios
El tono beligerante de Maduro ha ido aumentando en la recta final de la campaña electoral. De hecho recientemente amenazó a los dueños de los supermercados y abastos del país. "Si ustedes siguen aumentándole los precios a lo loco al pueblo, ¡se van a ver la cara conmigo, y voy hacer justicia!", avisó.
La crisis económica que sufre el país llevó a un grupo de jubilados a concentrarse este miércoles en las calles de Caracas para pedir la apertura de un canal humanitario. La escasez de alimentos y medicinas se ha convertido en un dolor de cabeza insalvable para gran parte de los ciudadanos del país.
Maduro promete arreglar la economía, en el caso de ser reelegido. Mientras tanto, la inflación en el mes de marzo se situó en un 8.878% anual, según la medición del Congreso opositor.
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