Los familiares de las víctimas del accidente aéreo que acabó con la vida 111 personas en La Habana podrían demandar a la aerolínea Cubana de Aviación al concluir la investigación sobre las causas que provocaron el siniestro, dijo a Radio Martí el abogado independiente René Lázaro López Benítez.
Aunque en Cuba no existen antecedentes de demandas por accidentes aéreos, López Benítez considera que “los organismos de la administración central del Estado tienen responsabilidad, en este caso Cubana de Aviación", empresa que arrendó a la aerolínea Global Air con conocimiento de que no contaba con certificaciones como la de la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) y con un precedente de denuncias por parte de pilotos y altas autoridades de la Aviación.
El abogado indicó que los familiares de las víctimas "pueden presentar alguna demanda por quebrantamiento de la ley y quebrantamiento del procedimiento".
Este principio está contemplado en el artículo 82 del Código Civil cubano que dice: “El que causa ilícitamente daño o perjuicio a otro está obligado a resarcirlo”. Las instituciones tienen responsabilidades civiles, penales y administrativas. Las sentencias no deben ser omisas, agregó López Benítez.
“Está abierta la posibilidad de que el responsable tenga que indemnizar por daños y perjuicios a los afectados. Hasta que no concluya la investigación no se puede hacer nada”, sostuvo.
Por su parte, el gobierno de Cuba ha anunciado que no enfocará sus esfuerzos en buscar culpables “de acuerdo a lo establecido por el protocolo de la Aeronáutica Civil de Cuba (IACC)”.
“El único objetivo de la pesquisa es la prevención de futuros sucesos o eventos de cualquier categoría asociados a estos, por lo que el propósito de esta actividad no es determinar la culpa o la responsabilidad”, publicó este martes el diario oficialista Granma.
Cubana de Aviación contrató el Boeing 737-200 que se estrelló el viernes en La Habana a la aerolínea mexicana Damojh, de la compañía Global Air, sabiendo que ésta no se somete a los controles de seguridad de vuelo y calidad técnica que realiza la IATA, según confirmó Perry Flynt, jefe de Comunicaciones Corporativas de esta organización en América del Norte.
Oscar García, expiloto de Boeing, exconsejero de Seguridad Aérea para el Gobierno de los Estados Unidos, ha mostrado su sorpresa al respecto. El también presidente de la firma InterFlight Global, que opera en Miami desde 1992, no entiende cómo Cuba accedió a contratar un avión que no pasa las auditorías a las que se someten las 278 aerolíneas de 117 países, que pertenecen a la IATA.
Un expiloto de Damojh declaró a medios mexicanos que en 2013, cuando trabajaba en esa aerolínea, ésta tenía problemas para encontrar piezas de repuesto, volaba sin radares por Sudamérica y realizaba aterrizajes de emergencia por ruedas ponchadas y fallas mecánicas en motores.
De igual forma, Ovidio Martínez López, expiloto de Cubana, publicó en sus redes sociales que entre 2010 y 2011, primero Aero Caribbean y luego Cubana alquilaron el Boeing 737-200 a Global Air y en una ocasión perdieron el rumbo sobrevolando Santa Clara.
Debido a ese incidente suspendieron de vuelo a un piloto y un copiloto por desconocimientos técnicos graves. "Hay un expediente de Seguridad Aeronáutica de Cuba que recomienda que no se arrienden más aviones a esa empresa", escribió.
Esta semana también trascendió que el mismo avión siniestrado el viernes en La Habana tenía prohibido volar a Guyana porque “no funcionaba con normalidad”, según el director general de la Autoridad de Aviación Civil de esa nación, Egbert Field.
En declaraciones a la BBC, Field afirmó que al Boeing 737-200, con una antigüedad de casi 40 años, le fue suspendido el permiso de volar a ese país tras inspecciones que demostraban que “el desempeño del aparato no era bueno”.
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