En un tiempo donde la Serie Nacional blasonaba de ser un campeonato de categoría planetaria, Yobal Dueñas Martínez se las ingenió para brillar. Había bateadores por docenas, pero él rompió monte con el machete del talento hasta llegar a ser una pieza vital en las potentes selecciones pinareñas, y aun se gastó el alarde de acceder al (entonces muy exclusivo) equipo Cuba.
Lo recuerdo como si fuera ahora. Había poder en sus muñecas, velocidad en sus piernas y dinamita en su brazo de tirar. A algunos les parecía muy alto para la posición de camarero, y Yobal les tapaba la boca enfangándose la camiseta y sacando buenos outs. Era una estrella, y de no haber emigrado después de los treinta estoy seguro de que habría dejado su sello en las Mayores.
A lo largo de los años noventa bateó como le vino en ganas. El pitcheo contrario tenía nivel, aunque no suficiente para someter al pinareño. Por la amplificación local decían su nombre, y ya la grada del Capitán San Luis ardía de entusiasmo.
Ese mismo estelar que promedió .321 en más de 5000 visitas al home plate cuando en Cuba la pelota era una fiesta, ha accedido con admirable cordialidad a responder unas preguntas para CiberCuba.
¿Tu mayor orgullo en las Series Nacionales?
-Batear con 18 años como quinto en el orden al bate de Pinar, por detrás de los dos peloteros más grandes del béisbol cubano, Omar Linares y Luis Giraldo Casanova.
Además de ellos dos, ¿a qué jugadores admiraste más?
-Pedro Luis Lazo, José Ariel Contreras y Lourdes Gurriel.
¿Con cuál de los equipos Cuba que integraste te quedarías?
-El del Mundial de Taipei de China en 2001.
¿Es cierto que siempre fuiste un enemigo feroz de los Industriales?
-Nunca fue así. Me encantaba verlos jugar. Incluso entre mis amigos cuento a Lázaro Vargas, Javier Méndez, Juan Padilla, El Duque Hernández, Carlos Tabares, Antonio Scull, Enrique Díaz...
¿En qué lugar te ubicarías en un ranking de los mejores camareros de las Series Nacionales?
-Por este orden, serían Antonio Pacheco, Alfonso Urquiola, Juan Padilla, Félix Isasi, Rey Vicente Anglada, Oscar Macías, Enrique Díaz y Alexander Ramos. Creo que yo podría ser el noveno.
¿Crees que fuiste un Cinco Herramientas?
-Al principio la defensa se me hizo difícil, pero cuando maduré lo tenía todo.
¿Por qué decidiste emigrar?
-Únicamente por las ilusiones de jugar en la Gran Carpa. De política no sé nada.
Tuviste problemas legales en Estados Unidos. ¿A qué se debió eso?
-La mala 'juntera’ me llevó a cometer el único error de ese tipo en mi vida y lo pagué caro. Gracias a Dios, ahora sigo el camino correcto.
¿Por qué no llegaste a Grandes Ligas?
-Estuve en Triple A pero me faltó madurez para enfocarme debidamente. También me costó el hecho de haber elegido a los Yanquis.
¿Qué te parece la pelota cubana de hoy?
-La sigo desde acá. Creo que ha mejorado un poco por la concentración de los mejores jugadores, aunque la emigración y las salidas autorizadas la están afectando.
¿A qué te dedicas actualmente?
-Soy entrenador de niños y también he trabajado con profesionales, como son los casos de José Bautista y Melky Cabrera.
¿Has venido a Cuba desde que saliste hace unos quince años?
-No he podido pero quiero hacerlo pronto. Te prometo que voy a localizarte allá.
¿Qué significa Pinar del Río en el corazón de Yobal Dueñas?
-Pinar del Río es escudo, Cuba es patria, el estadio Capitán San Luis es templo, y Omar Linares es rey. Como dijera Polo Montañez, yo sigo siendo guajiro natural, no te equivoques.
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