Kim Kardashian no es una celebrity a la que sólo le interesen las fiestas o la ropa de lujo como muchos podrían pensar.
La socialité también atiende a causas sociales y está concienciada con su papel como influencer para hacer cosas positivas por los demás.
Ese objetivo la ha llevado nada más y nada menos que a la Casa Blanca.
Kim, informa El País, ha sido invitada por el yerno de Donald Trump, y la razón por la que la sex symbol quiere tener una audiencia tiene nombre y apellidos: Alice Marie Johnson
Alice, que cumple cadena perpetua en el Correccional de Aliceville en Alabama, es conocida como 'la bisabuela encarcelada' .
Al parecer, la perteneciente al Clan Kardashian y su abogado, Shawn Holley, han programado una reunión con Trump para presionar para que se conmute la sentencia de Johnson.
La bisabuela de 62 años cumple pena, desde hace 21 años, por un delito de drogas sin violencia. El problema de la señora es que a pesar de su buena conducta y del tiempo cumplido no tiene derecho a disfrutar de libertad condicional, porque en EEUU el sistema federal de prisiones no cuenta con tal beneficio.
Kim supo de su historia a través de un vídeo que la presa posteó en Redes sociales y dijo que haría todo lo que estuviera en su mano para sacarla de allí.
"En el punto de mi vida en el que estoy ahora, salir a gastar mi dinero comprando cosas no me aporta la satisfacción que antes solía", asegura. "Salvar la vida de alguien y hacerlo una vez al año haría que mi corazón estuviese más lleno".
Dicho y hecho. La Casa Blanca ya espera a la estrella de la telerrealidad.
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