Este jueves, la canciller canadiense Chrystia Freeland advirtió que Canadá impondrá aranceles compensatorios sobre 16.600 millones de dólares canadienses (unos 12.800 millones de dólares) sobre exportaciones de EE.UU., y que desafiará los impuestos sobre el acero y el aluminio dentro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y la Organización Mundial de Comercio (TCLAN).
Freeland ha precisado que las contramedidas se aplicarán a una larga lista de productos estadounidenses, desde acero laminado hasta naipes y rotuladores, y anunció que entrarán en vigor el próximo 1 de julio.
Freeland hizo el anuncio junto con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, que calificó de "inconcebible" que Canadá pueda llegar a ser una amenaza para la seguridad nacional de un aliado tan cercano e importante como EE.UU.
"Tenemos que creer que en algún momento prevalecerá el sentido común", afirmó en una conferencia de prensa este jueves el primer ministro canadiense.Y añadió: "Desafortunadamente, las medidas tomadas hoy por el Gobierno estadounidense no parecen avanzar en esa dirección”.
La reacción de Canadá ha ido en la misma cuerda de la Unión Europea, que también ha anunciado severas represalias ante algo que consideran "totalmente inaceptable", según expresó este jueves Jean-Claude Juncker.
Moody's Investors Service ha dicho también este jueves que las medidas de Estados Unidos podríam impulsar algunos productos metálicos a nivel local, pero insistió en que es probable que también dañe a la economía norteamericana.
Atsi Sheth (director gerente de Moody's) ha señalado que "Aumentarían los costos de entrada para un rango de fabricantes, afectando potencialmente a los niveles generales de precio y podría provocar medidas de represalia dañinas para ciertos exportadores estadounidenses”.
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