Con la participación de constructores pertenecientes a diversas empresas del Ministerio de Cultura y de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, quedó completamente remozado el Centro Cultural Bertolt Brecht, el cual será inaugurado el próximo 17 de julio. Se trata del edificio ubicado en la confluencia de las calles Línea y 13, en el Vedado. La construcción data de la década de los 50 del siglo pasado y es obra del arquitecto cubano Aquiles Capablanca, destacado profesional, quien dejó un trabajo representativo de una época. El inmueble posee grado 1 de patrimonio, y también de protección, por tanto requería intervención cuidadosa. Adecuado para las exigencias teatrales Al edificio no se le hicieron cambios sustanciales. La sala multifuncional Tito Junco, con 600 butacas, quedó en condiciones de cambiar su disposición en dependencia del espectáculo deseado; no tiene escenario exclusivo, sino que el área podrá emplearse de diversas maneras, como teatro arena y pasarelas, entre otras posibilidades. Esta remodelación también incluyó el Café Teatro Bertolt Brecht en la planta baja con 200 lunetas. “Ahora será posible presentar aquí programaciones infantiles, musicales, dramáticas, así como narración oral, danza, pantomima, circo, en fin todas las modalidades de las artes escénicas en medio de un ambiente muy confortable”, nos expuso Marvín Yaquis, director del proyecto. Respetando los valores estéticos En la sala principal hubo problemas de iluminación y acústica desde siempre. Precisaba acondicionar el espacio, con un diseño ajustado a las necesidades, sin dañar valores estéticos. El proyecto se confió a la arquitecta María Eugenia Fornés, del Grupo Atrio, quien asumió la tarea ajustándose a las exigencias de la edificación. Por ejemplo, el área exterior de balcones se cerró con pladur sin tocar la estructura original y sin afectar la accesibilidad a las terrazas, ni la visibilidad externa. Recorrer el lugar permite apreciar que se añadieron nuevas funciones culturales y sociales, entre ellas la incorporación de la vasta galería Raúl Oliva, dedicada al diseño escénico, primera de su tipo en Cuba y posiblemente en América. También se adicionó una salita de informática. La totalidad del complejo recibió atención: mobiliario, acondicionadores de aire, instalaciones eléctricas y sanitarias, pintura, iluminación, sonido, tareas confiadas en gran parte a la Empresa Puerto Carenas, y a otras del Ministerio de Cultura, incluidos detalles de suma especificidad, como el mural a la entrada de la galería. Se calcula que el costo de la inversión asciende a unos 3 millones 200 mil pesos y 80 mil CUC. El resultado es una sala de primer mundo con la tecnología requerida, lunetas hidráulicas, mecánica escénica, presencia de lo nuevo y lo avanzado, en fin, modernidad para el disfrute. Así las cosas, el Grupo Mefisto Teatro ya ensaya su debut de un musical, el secreto a voces de Cabaret, clásico largo tiempo esperado que se anunciará próximamente. Mientras en la sala pequeña, José Milián estará con su colectivo y la reposición de Si vas a comer espera por Virgilio. La etapa de grandes presentaciones se avecina. Fuente: Trabajadores
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