Hasta de materia prima para chistes han servido las nuevas medidas que a partir de diciembre próximo regirán las formas de gestión no estatal en Cuba. De todo se le llama ahora en las calles de la Isla al Trabajo por Cuenta Propia (TCP). Lo mismo se le conoce como "mal necesario" que se dice que sus siglas significan "Tienes Competencia Planificada" o "Tienes Cadena Perpetua".
Después de un año aguardando los cambios para el sector no estatal, explica Roberto, arrendador de habitaciones en Cienfuegos, "el cuartico está igualito. Vemos que no se ha debatido ni puesto a prueba nada. No se oyó realmente a los cuentapropistas. Hay que discutir estas leyes con el pueblo, no solo en comisiones.
"No quieren que ganemos mucho dinero porque eso 'es peligroso', pero así no tendremos nunca libertad financiera. Queremos que exista disciplina, que se cumplan las obligaciones tributarias, pero tenemos más dudas que respuestas una vez leídas las regulaciones. Hay que ver si da o no la cuenta. Ordenar no puede ser sinónimo de extinguirnos", enfatiza.
Quienes tienen licencia para el arrendamiento de vivienda, habitaciones o espacios, se encuentran entre los afectados por las regulaciones recientes. Por estar entre los más "acaudalados" TCP cubanos, los arrendadores están obligados a abrir y operar una cuenta en una sucursal de un banco comercial cubano, radicado en el municipio de su domicilio fiscal.
Dicha cuenta debe ser declarada ante la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT) y se abrirá en pesos cubanos para depositar los ingresos generados en el ejercicio de la actividad.
En palabras de Cary, arrendataria en Pinar del Río y profesora retirada, "no hay tanto turismo ni ingresos para crear una cuenta fiscal e inmovilizar dinero".
Al decir del matancero Fernando, "¿cómo van a cobrarnos anualmente el 30% de gasto sobre la actividad para dejarnos con un 20% mensual para pagos e imprevistos? Yo no puedo operar ni vivir con el 20% de mis ingresos. Eso es inaudito. O está mal redactado o nosotros no hemos sabido interpretarlo".
De acuerdo con el joven arrendador, "nosotros estamos en las mismas. Nuestras principales preocupaciones se mantienen. La ONAT sigue siendo juez y parte; acusa y decide. No tenemos quien nos defienda. No nos sentimos representados. Llevo una década en la actividad y tengo sindicato hace tres meses".
Por otro lado, agrega el también licenciado en Turismo, “para renovar o darle mantenimiento a una habitación tenemos que cerrarlas todas o seguir pagando impuesto por cada una de ellas, aunque no se estén usando. Uno de nuestros reclamos fundamentales desde hace mucho tiempo es que se nos cobre impuesto solo por las habitaciones que se están usando, ya sea porque el resto está en construcción o porque sabemos que no se van a llenar. ¿Por qué no puedo cerrar mis cuatro cuartos de mayo a junio si sé que no va a haber turismo internacional? Así se hace en la hotelería. Que vengan a controlar si estoy alquilándolas o no".
Alberto González, arrendador en la ciudad de Camagüey, asegura que el cuentapropismo tiene aún muchos enemigos, "gente que no ve cuánto aportamos al desarrollo. No creo que el poder atender a personas jurídicas cambie mucho nuestra situación. Aunque muchos nos crean millonarios, el nuestro es un negocio pequeño, que vive del diario. No nos conviene que las empresas nos paguen 30 o 60 días después de contratar nuestros servicios".
A la vez, Humberto, arrendador de habitaciones en La Habana, se queja de que se prohíba el subarrendamiento y la cesión de uso de viviendas, habitaciones o espacios. "Sigue habiendo una competencia desleal entre el Estado y los cuentapropistas. Ellos sí pueden tener subarrendadores para sus instalaciones turísticas".
A tenor con lo que plantea en Internet Wendy, trabajadora estatal “que vive rodeada de familiares y vecinos cuentapropistas”, el sector privado tiene obligaciones con todo el mundo, pero nadie las tiene con él. "¿Por qué quien alquila su casa no puede tener un restaurante en el mismo inmueble? Resultado: duerma, báñese y no coma".
Asimismo, subraya que los TCP son cubanos que han montado un restaurante o alquilan habitaciones en su casa, no delincuentes. En la mayoría de los casos "se sienten desamparados, abrumados", porque les falta asesoramiento.
"Si ya hay enormes colas en los bancos para pagarle a la ONAT mes por mes, ¿cómo será cuando se creen las cuentas fiscales?", se pregunta Wendy. "Los trabajadores por cuenta propia quieren ser escuchados y representados, no perseguidos. No se trata de decir esta es la norma: o te ajustas a ella o eres ilegal".
Al respecto, añade Fernando, "dimos un paso atrás porque no se pueden tener dos licencias. Yo quisiera explotar mi casa y mi carro porque soy propietario de ambos, pero solo puedo arrendar uno de ellos. Con esa medida se está incitando a la ilegalidad.
"¿No sería más fácil permitir dos licencias y duplicarle el impuesto al arrendador, que hacer que una de las dos propiedades que tiene la ponga a nombre de una tía abuela?", se queja.
Las nuevas normas mantienen que quien arrienda en CUC puede hacerlo a personas residentes en Cuba o no y el que lo hace en pesos cubanos solo a nacionales y extranjeros residentes permanentes en la Isla. Dentro de un mismo inmueble no se aceptan las dos modalidades de arrendamiento.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: