El transporte público en La Habana continúa siendo una de las fuentes de mayor agobio en la vida cotidiana de los residentes en la capital, sobre todo para aquellos de limitados recursos económicos, que ven muy reducidas sus posibilidades en lo que a transportarse se refiere, especialmente en lo que a coger o no taxis se refiere.
Sin embargo, la diferencia en la variedad del servicio no opera solo en materia económica, sino que se refuerza también en el propio hecho de tratarse de un cubano o un extranjero, aspecto que marca diferencias añadidas en el trato, según se encarga de subrayar este reportaje difundido por Cubanet.
Los cubanos entrevistados se quejan del servicio ofrecido por los taxis en Cuba, operen como cuentapropistas o como taxis del Estado.
Entre las quejas también refieren cierta arrogancia que muestran los taxistas en su trato hacia los pasajeros de la Isla o, incluso, la falta de consideración hacia el bolsillo ajeno, especialmente en lo que respecta al cobro de mucho dinero por tramos cortos, lo que revela un trato abusivo.
“No hay un servicio justo para los ciudadanos”, concluye uno de los entrevistados, quien además precisa que no sabe de cocotaxis porque no cobra en divisas.
En cambio, interrogado un turista sobre idéntico asunto, revela como curiosidad el contraste entre "taxis nuevos y taxis viejos", pero superado el exotismo de esa valoración, su percepción es bien diferente a la de un cubano de a pie, no solo en lo referido a lo "asequible" que le parece el servicio y la variedad, sino también en el trato, que califica de especialmente hospitalario.
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