El Gobierno cubano prevé hacer 135.000 reuniones en todo el país durante el período de consulta popular del proyecto de Constitución, que se extenderá del 13 de agosto (aniversario del nacimiento de Fidel Castro) hasta el 15 de noviembre.
Eso significa que se convocarán una media de 1.500 asambleas diarias en centros de trabajo y barrios, que serán conducidas por 7.600 dúos de cuadros, que están siendo preparados para responder a las inquietudes de la gente.
En esta ocasión, a diferencia de lo que se ha hecho siempre, los planteamientos que se viertan en las reuniones no se someterán a votación. La idea, según ha explicado el diputado Yumil Rodríguez, miembro de la Comisión presidida por Raúl Castro que elaboró la reforma de la Carta Magna, es recopilar todas las opiniones, propuestas y preguntas, con la promesa de analizarlas en conjunto antes de volver a someter a votación el texto en la Asamblea Nacional del Poder Popular, según Cubadebate.
Los más de 700.000 ejemplares del tabloide del Proyecto de Constitución ya se han agotado en los estanquillos, por lo que se prepara la impresión de otros 100.000. Tocan a un ejemplar por cada 14 cubanos, teniendo en cuenta que la prensa oficialista espera la participación de 12 millones de personas en las asambleas, pese a que la Isla cerró el año 2017 con 11,2 millones de habitantes, según la Oficina Nacional de Estadísticas.
Según explican, esta cifra abultada se debe a que muchas personas tendrán que asistir dos veces al mismo debate: en las asambleas en su centro de trabajo y también en su barrio.
El diputado Yumil Rodríguez se jacta de que los folletos han sido entregados con 10 días de antelación a la celebración de los debates y de que la consulta popular es "sui generis" de Cuba, lo que demuestra "la madurez de la democracia cubana".
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