Existe un 70 % de probabilidades de que el fenómeno climático El Niño con rango débil se desarrolle durante el segundo semestre del año, de acuerdo a los modelos consultados por el Centro del Clima del Instituto de Meteorología de Cuba.
Según el diario Granma, la principal influencia de ese evento sobre Cuba tiene lugar en la etapa poco lluviosa, fundamentalmente entre enero y abril, cuando suele provocar lluvias por encima de los registros acostumbrados en esa época del año.
Entre mayo y octubre, en el periodo húmedo, su presencia ocasiona una disminución de las lluvias y un ascenso notable de las temperaturas.
Con el Niño tiende a disminuir la actividad ciclónica en la cuenca del Atlántico tropical (formada también por el Golfo de México y el mar Caribe), al favorecer la llegada de fuertes vientos del oeste y suroeste en la atmósfera superior, que dificultan el surgimiento de los ciclones tropicales.
No obstante, hay que aclarar que la magnitud de los efectos en la meteorología en Cuba depende de su intensidad y su relación con otros factores moduladores del clima.
Por el momento, para agosto se esperan totales de lluvia por debajo de lo habitual, con temperaturas máximas cercanas a lo habitual y mínimas por encima de los registros históricos.
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