El periódico oficialista Trabajadores publicó esta semana una crítica al hotel Meliá Varadero por la práctica de reservar sus tumbonas para uso exclusivo de sus clientes y no ofertarlas a los turistas nacionales que visitan el cotizado balneario.
Según el diario, el complejo hotelero emplea a guardias de seguridad para garantizar que personas sin manilla no ocupen sus tumbonas, esparcidas en el tramo de playa que la instalación comparte con el Centro de Convenciones Plaza América.
Muchos cubanos abarrotan esa zona en los meses de julio y agosto, dada la posibilidad ofrecida por el polivalente sitio de disfrutar de su tramo de mar, y de sus ofertas de tiendas, y también gastronómicas, indica la nota.
“Quien no lleve la manilla del hotel Meliá Varadero, impedido está de usar los cómodos asientos. Y es algo entendible. Como las tumbonas son propiedad del hotel, solo las puedan utilizar sus clientes”, sostiene.
No obstante, el medio señala que el centro hotelero acumula estibas de tumbonas apiladas sin uso alguno, en una etapa en la que se presume se produce una baja en el turismo internacional y crece el nacional.
“A Plaza América, perteneciente a la extrahotelera Palmares, bien le convendría darse cuenta de un asunto que, parece, no ha logrado ver”, apunta.
La publicación afirma que los vacacionistas que acuden al lugar constituyen un mercado potencial para la renta de estos asientos, “ingresos seguros para una entidad a la que bien convendría crear riquezas, valor agregado bruto, buscarse, en buen cubano, un poco de dinero con el alquiler de tumbonas”.
De acuerdo con el texto, incluir esta opción en su cartera de servicios favorecería la integralidad del hotel y beneficiaría al “bolsillo de los trabajadores de un sector donde contradictoriamente los salarios son muy bajos, pese a figurar como la segunda fuente que mayor cantidad de divisas aporta a las arcas del Estado”.
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