La nueva imagen del detergente líquido Limtel que se vende en Cuba en moneda nacional obedece, entre otras razones, a detener la adulteración que ha sufrido el producto fuera de la industria, que al ser más ácido quema las manos.
Luz Elena Ronda Joa, directora de Producción y Ventas de Suchel, reveló al periódico Tribuna, que casi el 90 por ciento de las falsificaciones se realizan en la capital.
Dichas copias ni limpian ni eliminan la grasa. Además el frasco tiene el logotipo incompleto y a menudo está sucio y opaco. La tapa está hecha de un material diferente del original y el sello está pegado de forma manual.
Tampoco el líquido presenta la transparencia adecuada y al agitarlo produce espuma.
“Son significativas las quejas atendidas por la empresa, y tras analizar las muestras en los laboratorios detectamos que no es nuestro producto, y en muchos casos ni siquiera clasifica como detergente”, explicó Lisette Martínez, directora Técnica y de Desarrollo en Suchel.
“Nuestro detergente es un químico certificado por Salud Pública, cuya concentración no hace daño, y lo confirma un registro sanitario del Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología”, agregó Luz Elena.
En la actualidad, se capacita al personal del Ministerio de Comercio Interior para poder reconocer las imitaciones.
El detergente Limtel tiene ahora una nueva imagen aunque conserva sus estándares de calidad, cantidad (un litro), ingredientes, capacidad desengrasante y precio de 25 pesos en moneda nacional.
Se cambió su color de amarillo a verde, la forma del envase y la etiqueta.
“Transcurrido dos meses del Limtel verde en el comercio, no hemos recibido ninguna queja, ni detectado otro ajeno a la industria”, recalcó Luz Elena, quien de todas formas expresó que cualquier queja o sugerencia puede tramitarse por el 07-6490919 o en el correo electrónico: direccion@jovelmtz.co.cu.
Este producto solo se fabrica en la fábrica Jovel, de Matanzas, y su demanda no se cubre.
“Incrementar la producción depende de financiamiento e inversiones; trabajamos con el mismo equipamiento tecnológico de cuando entregábamos casi 8.000 toneladas menos que las de hoy”, concluyó la especialista.
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