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La opositora cubana Rosa María Payá, directora ejecutiva de la Fundación para la Democracia Panamericana, ha dicho en Chile que el régimen está intentando vender una imagen de cambio que no es real y que sus compatriotas siguen sin poder ejercer los más básicos derechos humanos.
La activista está en el país austral para presentar el libro póstumo La noche no será eterna, escrito por su padre, Oswaldo Payá, quien fue galardonado con el premio Sajarov del Parlamento Europeo, y estuvo cinco veces nominado al Nobel de la Paz.
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En entrevista concedida a El Líbero, afirmó que en lo que sucede hoy en la Isla es lo que Oswaldo llamaba cambio-fraude: un ejercicio que aparenta una apertura pero que en realidad solo pretende mantener a los Castro y a los generales en el poder.
Según Payá, miembro de la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia, el régimen cubano ha impuesto una reforma viciada y que refrenda el papel del Partido Comunista como rector de la sociedad y el Estado a perpetuidad.
“La realidad es que si los cubanos dicen que sí en el referéndum, quedará un texto constitucional que dice que ‘el Partido Comunista único es el rector de la sociedad y el Estado’; y si dicen que no, queda la Constitución actual que dice que ‘el Partido Comunista es el ente rector de la sociedad y el Estado’. Es decir, es un referéndum sin opciones”, precisó.
La joven activista aclaró que en Cuba no hay libre mercado: no está reconocido ni en la Constitución actual, ni en el nuevo proyecto.
“La inversión extranjera puede hacerse solamente con el conglomerado militar. El resto de los cubanos no tenemos ni personalidad jurídica”, dijo.
“Los cubanos ni tan siquiera perciben que esta reforma constitucional tenga nada que ver con sus vidas. Por eso quieren un cambio de régimen, abrirse a la democracia, al pluripartidismo, al reconocimiento de los derechos”, añadió.
Payá se refirió a la iniciativa de Cuba Decide, que ha lanzado una campaña para que los cubanos, dentro y fuera de la Isla, pidan la eliminación del proyecto de Constitución que hoy se discute en el país, y que exijan un proceso de plebiscito vinculante para redactar y aprobar una nueva Carta Magna, en una asamblea constituyente cuyos delegados sean elegidos en elecciones libres y plurales.
Para ello ha convocado también a la comunidad internacional, para que participe como observadora del proceso, y le ha recordado que el castrismo ha sido y es uno de los principales factores desestabilizadores de la democracia en el continente.
“No estaríamos hablando del colapso venezolano sin la injerencia del sistema de inteligencia castrista. Como no estaríamos hablando tampoco del colapso de la democracia nicaragüense”, dijo.
Para la dirigente está claro que la represión del régimen se agrava cuando los reprimidos no tienen el respaldo de otros pueblos.
“Esa situación ha comenzado a cambiar a partir de la experiencia que ha tenido América Latina de lo que significa la injerencia del régimen castrista en otros lugares como Venezuela o Nicaragua. Los latinoamericanos han vivido en primera persona la represión de los Castro incluso sin estar en la Isla”, concluyó.
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