Son miles y miles los cubanos que pasaron años becados. De esos tiempos de becas, muchos tienen un recuerdo agridulce: la mezcla de la escasez, la falta de agua, la poca comida, las malas condiciones de vida, mezclado con la lozanía de la juventud, la diversión, los primeros amores, los amigos...
En la década de los años 70, el Gobierno cubano dio inicio al programa de escuelas en el campo, un proyecto que vinculaba la idea estudio/trabajo y beneficiaba, sobre todo, a los estudiantes de las zonas rurales del país.
Durante años los jóvenes estuvieron estudiando y haciendo labores en el campo, aunque en los últimos tiempos eran cada vez menos, debido al deterioro de la agricultura de todo el país y la falta de condiciones para ganrantizar la manutención de los estudiantes.
En estos momentos, la mayoría de estos centros han cambiado su función social y se han transformado en hogares, en tanto otros se mantienen como ciudades fantasmas.
María de los Ángeles, ex profesora del pre Macondo, recuerda que la institución estuvo funcionando como escuela primaria hasta 2013. Luego lo han convertido en viviendas para quienes lo han necesitado. Incluso ella misma no imaginó que viviría un día en lo que fue su centro laboral: "Hemos tenido que adaptarnos a las condiciones mínimas", dijo.
La política del Partido Comunista de Cuba a partir del 2011 comenzó a aplicar el Lineamiento 148, que contempla el mantenimiento en la enseñanza media y media superior el mínimo de estudiantes internos por los gastos que ello conllevaba de petróleo para transportarse, comida o electricidad, entre otros.
El entrevistado Ricardo Pavot, ex profesor del pre 5to Congreso, afirmó que los estudiantes no producían lo que se debia. "Desde le punto de vista económico es más beneficioso ahora, ya que el estado tenía gastos extra".
Desde entonces, muchas escuelas dejaron de funcionar y no se tenía bien claro qué uso darle a estas construcciones situadas -en su mayoría- en el medio de la nada.
No obstante, a algunos ha perjudicado bastante esta medida.
"Yo creo que ha afectado bastante sobre todo a los estudiantes de las zonas rurales", sostuvo María de los Ángeles, ya que muchos jóvenes tienen que viajar largas distancias y levantarse en la oscuridad de la madrugada para llegar a la escuela.
Hoy día, sin embargo, las edificaciones que albergaban los "pre" son un vago recuerdo de los días de beca...un recuerdo y nada más.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: