La situación de escasez que vive la gran mayoría de los cubanos es aún peor para aquellas personas que sufren algún tipo de limitación física.
Un reportaje de Martí Noticias muestra varios casos que ejemplifican las carencias en la Isla de artículos indispensables para mejorar la calidad de vida de estas personas.
Prótesis, bastones, sillas de ruedas... son elementos cuya ausencia durante largos periodos agrava la ya de por sí difícil situación de lso cubanos con discapacidades.
Alcibiades Silva, campesino de Songo la Maya, en Santiago de Cuba, y a quien en enero de este año hubo que amputarle una pierna debido a la diabetes, denunció que el proceso de espera para obtener la prótesis es “largo y complicado”, y que incluso hay enfermos que llevan dos años sin la prótesis requerida.
En su opinión, los equipos de producción nacional “no tienen el desarrollo que quisiéramos”.
En Baracoa, en Guantánamo, una madre de un niño con discapacidad severa denunció las dificultades que debe afrontar diariamente para darle la atención que necesita.
Yaniuris Durruti tiene un hijo de ocho años que sufre el síndrome de Momo, un mal genético que altera el peso y el crecimiento.
Ella necesita desesperadamente una silla de ruedas adecuada, pues la actual ya no sostiene el peso del pequeño, además de botas ortopédicas para corregir una desviación en sus pies. Pero en Guantánamo “no cuentan con materiales” para elaborarlas, explicó.
Recientemente un reportaje de Cubanet denunciaba la falta de recursos y de atención por parte de los trabajadores sociales que padecen los impedidos físicos, quienes subsisten gracias a la ayuda de familiares, vecinos y hasta de la caridad internacional.
Por otra parte, el Estado tampoco permite que organizaciones independientes colaboren con la protección a estas personas. Miembros del Instituto de Defensa de Comunidades Vulnerables, de la Red de Cultura Inclusiva Cuba, han sufrido arrestos y persecusiones por parte del régimen.
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