Bob Corker, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EE.UU., se reunió hoy en La Habana con el ministro cubano de Exteriores, Bruno Rodríguez, informó la Cancillería de la Isla.
Esta es la segunda estancia en Cuba del senador republicano por el estado de Tennessee, quien viajó acompañado por "dos de sus asistentes legislativos", informó la agencia EFE.
Un comunicado del Ministerio de Exteriores difundido en su página web explica que la visita está enmarcada en el interés del senador de "intercambiar sobre las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba".
En la reunión, en la que se abordaron "temas relacionados con la presente coyuntura bilateral y asuntos de interés recíproco", el senador estuvo acompañado de la encargada de Negocios de la embajada de EE.UU. en La Habana, Mara Teckach.
Por la parte local estuvieron presentes, además del canciller, el director y la subdirectora para EE.UU. del Minrex, Carlos Fernández de Cossío y Johana Tablada, respectivamente.
La visita de Corker se realiza una semana antes de que el presidente cubano Miguel Díaz-Canel vaya a Nueva York para asistir a la Asamblea General de la ONU, lo que constituirá su primer viaje a EE.UU. como mandatario.
Corker dijo en 2017 que no se presentará a la reelección para su escaño en las elecciones legislativas previstas para noviembre; aunque es miembro del Partido Republicano ha criticado con dureza la gestión del presidente Donald Trump.
No es el único legislador de su partido en desmarcarse de la decisión de Trump de dar marcha atrás al acercamiento con Cuba iniciado durante la administración de Barack Obama; también lo han hecho otros influyentes republicanos como el senador por Arizona Jeff Flake.
Casi cuatro años después de que Obama y el exgobernante cubano Raúl Castro anunciaran el "deshielo" diplomático luego de casi medio siglo de enfrentamiento, las relaciones se encuentran de nuevo bajo mínimos y con pocos visos de prosperar a corto plazo.
A esto se suma la tensión bilateral tras los "incidentes" de salud sufridos por 26 diplomáticos norteamericanos en La Habana, que las autoridades de EE.UU. no han logrado descifrar y de cuya veracidad duda el gobierno cubano.
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