Este martes el presidente Donald Trump aceptó la renuncia de la embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas, Nikki Haley.
Aunque los primeros rumores giraron en torno a que a sus posibles ambiciones para continuar la carrera política en 2020, otros detalles han salido a la luz.
El diario Time publicó un artículo que detalla las finanzas personales de Haley. De acuerdo a la información la embajadora tiene bastantes problemas financieros, acumulado a lo largo de los años.
El formulario financiero de Haley de 2018 mostró varias formas de deuda de las que no ha logrado librarse, que incluyen entre 25 y 65 mil en tarjetas de crédito y una hipoteca con un valor de entre 250 y 500 mil, por separado. Esto haría que su deuda oscile entre los 525 mil 1.1 millones.
Además de ello tiene otra hipoteca con un valor de al menos 1 millón de dólares en una propiedad de inversión que adquirió de sus padres en 2017. No obstante, según el periódico The State, ella y su esposo Michael Haley, habrían vendido la propiedad por 1.2 millones en enero de este año.
En su carta de renuncia Hayley había dicho que planeaba ingresar al sector privado y su oficina aclaró después de los rumores que las finanzas no tuvieron ningún papel en su decisión.
Asimismo, aclararon que la deuda de la embajadora de Estados Unidos es inferior a los 500 mil dólares.
Haley, por su parte, dijo que sólo debía entre 15 y 50 mil en una tarjeta de Bank of America y entre 10 y 15 mil en una tarjeta de American Express.
De acuerdo al reporte, Haley gana alrededor de 185 mil dólares anuales en su puesto en Naciones Unidas, y ha ingresado además dinero extra por su trabajo como gobernadora y en inversiones de bienes raíces. Su esposo ingresa entre 50 y 100 mil anualmente.
A la polémica por su deuda se suma otra: Haley habría aceptado vuelos gratuitos en aviones privados.
El grupo Ciudadanos por la Responsabilidad y la Ética en Washington (CREW) solicitó al Departamento de Estado una investigación acerca de este tema, justo el día anterior de que ella renunciara a su puesto.
En su divulgación financiera correspondiente a 2017 la embajadora afirmó que dichos vuelos calificaban para una exención, basada en la relación de trabajo que tenía con los tres hombres de negocios que los financiaron.
“Las regulaciones de ética federales prohíben a los empleados solicitar o aceptar regalos debido a su posición oficial del empleado”, explica el informe de dico organismo.
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