Luly Hernández (52 años) salió de Cuba hace 8 años, reclamada por su madre. Llegó a Estados Unidos con su marido y su hijo, dejando atrás a su hija Idairis. La joven era mayor de edad y decidió casarse antes de la entrevista en la embajada estadounidense de La Habana, a sabiendas de que le podía costar la visa. Y así fue.
Ahora, divorciada, Idairis lleva más de cuatro años a la espera de dejar atrás su 10 Octubre natal y reunirse con su familia en Jacksonville (Florida). Para su madre la espera está siendo muy dura, sobre todo porque el año pasado el Gobierno de Estados Unidos paralizó el Programa Parole de Reunificación Familiar Cubano tras evacuar a la mayor parte del personal de su sede diplomática en la Isla, a raíz de los misteriosos ataques acústicos de los que aún no se ha probado cómo ni de dónde salieron.
Luly no quiso acompañar a su marido a Cuba a reencontrarse con su hija por temor a tener que pasar por una nueva despedida. Aguantó la primera, pero dos es demasiado para una madre.
En cambio su marido, padre de Idairis, fue recientemente a La Habana. Era su primera visita desde que se fue de Cuba hace 8 años. Guillermo consiguió abrazar a su hija con entereza en el aeropuerto pese a que la muchacha se vino abajo. Pero no aguantó el tipo frente a su madre de 82 años. Ahí se le cayó la coraza.
"Una Navidad sin mi hija es muy dolorosa. Estoy llenándome de valor para sacar el pasaporte e ir a verla junto a su padre. Mi vida cambió mucho desde que la dejé atrás. Ya no soy la misma", comenta Luly a CiberCuba.
Mientras espera por la reanudación del Programa Parole de Reunificación Familiar, Luly pasa los días grises de otoño viendo una y otra vez los vídeos y fotos que trajo su marido de Cuba. Comparte su angustia con otros 1.700 cubanos que forman parte del grupo de Facebook Cubanos por la Reunificación Familiar. La mayoría, como ella, se pregunta: "¿Hasta cuándo?"
Hace unos días, en ese grupo se compartía una queja de quienes sólo tienen por delante el trámite de ir a recoger la visa en el lugar que finalmente habilite la embajada de Estados Unidos para seguir tramitando los expedientes del Programa Parole de Reunificación Familiar para Cubanos.
El Servicio de Inmigración y Ciudadanía (USCIS) de Estados Unidos en La Habana y el Departamento de Estado norteamericano están buscando una "ubicación" para procesar los casos del Programa de Reagrupación Familiar Cubano (CFRP). Así lo han confirmado desde USCIS a CiberCuba, aclarando que el Gobierno estadounidense no tiene en mente retomar de forma "inminente" el Parole.
"Hemos escrito a senadores, a USCIS, al director de la USCIS, a la embajada... Hemos firmado para ser escuchados. Hemos sido nombrados un sinfín de veces por las televisoras de este país. Muchos se han reunido y levantado su voz y aún así, nada. Hemos sufrido. Estamos angustiados. Los daños son irreversibles pues están dañando a nuestra familia también en algo que no hicimos y no tenemos culpa", denunciaba el escrito colgado en el grupo de Facebook Cubanos por la Reunificación Familiar con Estados Unidos.
Detrás de los reproches seguían las preguntas al Departamento de Estado de EE.UU: "¿Quién nos pagará este daño y sufrimiento vivido? ¿Van a decir otra vez más lo que ya todos hemos leído una y otra vez sin resultado alguno? Viendo que no existe solución pues no la buscan y no les importa."
Los cubanos damnificadas por la paralización del Programa Parole de Reunificación Familiar lamentan lo ocurrido tras los ataques acústicos, pero recuerdan al Gobierno estadounidense que ellos no son los responsables.
"Hermanos, hijos, padres... A todos nos quiebra este dolor y cada día que pasa se vuelve más fuerte. Nuestros hermanos viajando a un país peligroso, trabajando de sol a sol para sacar a su familia y sigo viendo la indolencia humana y ni un congresista y senador que mire nuestra cruda realidad. ¿Hasta cuándo vamos a pagar por lo que no hicimos? ¿Hasta cuándo tenemos que ver entrar aquí con visado a los dictadores y nuestra familia en espera?"
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