Este miércoles entra en vigor en Canadá la legalización del consumo recreativo del cannabis, que será comercializado con un precio medio de unos 6,7 euros por gramo.
Se trata de la primera experiencia de este tipo que lleva a cabo un país miembro del G20. El proyecto de ley presentado por el primer ministro Justin Trudeau fue aprobado por el Senado el pasado 21 de junio.
El gobierno ha puesto el precio pensando tratando de que el coste del producto legal pueda competir con el del mercado negro.
Ese valor incluye dos gravámenes: el impuesto provincial de venta de cualquier producto, que varía entre el 13 y el 15 por ciento, y otro de 1 dólar canadiense por gramo o del 10 por ciento del precio de venta final, dependiendo de cuál sea el más alto.
Las autoridades estiman que, aunque el precio en una tienda oficial sea superior al del mercado negro, los canadienses preferirán comprarlo allí por las garantías que ofrece, como el nivel de THC, ingrediente psicoactivo de la droga.
Todos los mayores de 18 o 19 años de edad, en dependencia de la provincia, podrán adquirir marihuana en las tiendas reguladas por las autoridades sanitarias.
Una encuesta realizada por la empresa Ipsos reveló que cuatro de cada 10 personas creen que el precio determinará dónde comprarán la marihuana, además de que alertó de algunos efectos negativos de esta medida.
Otro aspecto importante de la nueva medida es que permitirá indultar a cientos de miles de personas que guardan prisión tras ser condenados por posesión de hasta 30 gramos de marihuana.
Sin embargo, aun cuando queden en libertad, poseer antecedentes por este delito trae otras consecuencias; por ejemplo, no poder viajar a Estados Unidos, donde el uso recreativo de la marihuana solo es legal en nueve estados, además de en la ciudad de Washington.
Ottawa comparte con Washington los registros del historial criminal de Canadá. Así que una anterior condena por posesión de cannabis le otorga el derecho a los agentes fronterizos norteamericanos no dejar entrar al país a los canadienses con este antecedente.
De hecho, Todd Owen, portavoz de la agencia de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, explicó que la amnistía no garantizará que personas con historial criminal por ese delito puedan acceder a territorio estadounidense.
Tampoco Cuba admitirá la entrada de droga. En junio pasado el secretario de la Comisión Nacional de Drogas, Antonio Israel Ybarra, explicó que los turoperadores cubanos reforzarán la advertencia de dicha prohibición a sus clientes en Canadá, mayor emisor de turistas a la Isla.
El régimen no admite certificados médicos que avalen que la marihuana se emplea para uso terapéutico.
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