Editado por el sello Collage Ediciones, del Fondo Cubano de Bienes Culturales, el libro Del arte en Cuba. Esculturas ofrece un minucioso análisis de las obras escultóricas creadas en nuestro país en el periodo de 1900 a 1930, y cuenta además con fotos de archivos e imágenes actuales.
Con su recorrido por autores y estilos, marcados por circunstancias históricas insoslayables como el nacimiento de la República, Del arte en Cuba. Esculturas destaca por rescatar lo más valioso de la memoria y del pasado, en cuanto a esa manifestación artística.
En los primeros cuarenta años de la república la escultura cumplió con los designios patrióticos de un país joven, y se erigieron monumentos en homenaje a los patriotas de las luchas independentistas como el conocido Monumento a Maceo, hecho en 1916 por el italiano Doménico Boni, y que ilustra la portada del libro, en tanto es uno de los más populares y está ubicado en medio del Parque Maceo.
Otras de las esculturas que se reseñan en el libro son el Monumento a Máximo Gómez, realizado en 1935 por el italiano Aldo Gamba, y el Monumento a Calixto García realizado por los estadounidenses Felix Weldon y Elbert Peets, entre otros.
En esta etapa, y hasta el triunfo de la Revolución, e incluso después, se destacan escultores como Juan José Sicre, Teodoro Ramos Blanco, Florencio Gelabert, Agustín Cárdenas, las conocidas escultoras Rita Longa y Jilma Madera.
En la presentación del libro, José Villa Soberón, Premio Nacional de Artes Plásticas, resalta que esta investigación no solo expone los valores artísticos y una justa apreciación del desarrollo de la escultura cubana en la etapa señalada, sino que incita a su mejor protección como patrimonio de nuestra cultura.
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