La Habana, indudablemente, tiene maravillas de las cuales no tenemos ni idea. Una de ellas es la casa del embajador británico en Cuba, una mansión de 101 años que exhibe lujos inimaginables en el país socialista.
Claro que casonas como éstas están reservadas solo a una élite habanera, que se pasea hoy por bares, restaurantes y hoteles tan caros como cualquiera de Manhattan.
Lo cierto es que, durante unos días, como parte de las celebraciones por la semana de la cultura británica en Cuba, la casa abrió sus puertas al público, una especie de museo personal que hoy disfruta el embajador británico, quien le dio la bienvenida a cada grupo asistente.
La mansión, ubicada en la calle 15 y Paseo, en el Vedado, empezó a construirse entre 1916 y 1918, y fue originalmente la residencia del famoso banquero Pablo González de Mendoza.
El atractivo mayor de la mansión es su piscina bajo techo, obra del arquitecto neoyorkino John H. Duncan.
Las puertas de estilo francés, el techo cubierto de pinturas, hace de ese un lujoso lugar que algunos llamaron el “Baño romano de los Mendoza”.
Durante la visita guiada, no se permitió filmar videos, pero sí fotos. CiberCuba estuvo allí.
Desde octubre de 2016, Antony Stokes es quien funge como embajador de Gran Bretaña en La Habana.
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