Muchos de los cubanos en el extranjero que se han repatriado en la Isla han decidido invertir en pequeños negocios y otros han apostado fuertemente por el mercado inmobiliario.
Maykel Galindo, de 35 años, contó a la agencia AFP que decidió regresar a la Isla tras 16 años viviendo en Bélgica. Con el dinero que tenía ahorrado, más un préstamo bancario belga, compró una casa en la Habana Vieja de 150 metros cuadrados. Estaba en muy mal estado pero la reparó y abrió un hostal para extranjeros.
"Fui descubriendo que dentro de Cuba había otra Cuba, que estaba siendo creada de cierta manera por el sector privado(...) Yo como cubano encontraba esa parte de Cuba que me correspondía", contó.
Para Galindo, como para muchos otros cubanos repatriados, invertir en la Isla era una buena opción, no solo porque el Gobierno de Raúl Castro había abierto una pequeña brecha para el emprendimiento, sino porque las propiedades tenían precios muy bajos.
En 2015 "los precios eran ridículos" pero ahora se han multiplicado, comenta.
Según el sociólogo y urbanista Carlos García Pleyán citado por AFP, “el dinámico mercado inmobiliario reportó 45.000 ventas en 2012; 88.000 en 2013 y unas 100.000 en 2014”.
Los precios de las casas pueden alcanzar hasta un millón de dólares en barrios residenciales de La Habana, donde hay actualmente un déficit de 700.000 viviendas, de acuerdo a cifras oficiales.
Los compradores son, en la mayoría de las casos, repatriados, emprendedores, cubanos con familiares en el extranjero y extranjeros casados con ciudadanos de la Isla. El Gobierno cifra en más de 40 mil los residentes fuera que han decidido repatriarse y una de las razones ha sido para poder adquirir propiedades.
Aunque el Gobierno anunció este año la paralización de la entrega de licencias para los privados y luego impuso nuevas reglas que entrarán en vigor a partir de diciembre próximo, muchos siguen apostando por invertir.
"A largo plazo el potencial es enorme y volverá a crecer", señala García Pleyán.
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