Aunque el gobierno cubano continúa promocionando las bondades de usar las tarjetas magnéticas para realizar las compras y pagar diversos servicios, muchos de sus clientes se quejan de las dificultades para operar con esta tecnología.
El Banco Popular de Ahorro (BPA) ha entregado en el territorio 54.670 tarjetas magnéticas, valederas en 11 cajeros automáticos que se han distribuido en Trinidad, Cabaiguán y Sancti Spíritus.
Entrevistado por el periódico Escambray, Reinier Mutis Hernández, auditor asistente del BPA, admitió que los cajeros no siempre cuentan con el efectivo suficiente para poder dispensar el dinero que quiere el usuario.
“Además, se presentan problemas técnicos porque funcionan a través de una red de datos, en ocasiones hay mantenimientos y otros problemas que impiden el trabajo óptimo de los mismos. No todos los cajeros tienen los billetes de la misma denominación, a veces no tienen de 5 pesos y si el cliente solicita, digamos, 55 pesos, no lo deja hacer la operación”, explicó.
Sin embargo, lo más llamativo es la respuesta que dio Ana Consuelo Castro, especialista de Comunicación Institucional y Marketing de la entidad, al preguntársele que puede hacer un cliente cuando se le traba la tarjeta.
Según la funcionaria, debe esperar a las doce del día, que es cuando se realiza el cierre contable. Mientras, si la tarjeta es de la red nacional, la persona puede acudir a la sucursal.
“Tenemos un procedimiento que se llama Extracción por reservación de saldo en línea, donde se consulta el saldo de su cuenta, si se hizo efectiva o no la extracción por el cajero y puede extraer el dinero que necesita por caja. Pero si la tarjeta es internacional debe dirigirse a Fincimex”, añadió.
En opinión de la especialista, casi siempre la tarjeta se traba debido a una mala manipulación: porque la persona excede el tiempo máximo para la operación o porque la introduce al revés.
Castro explicó que en todas las sucursales existen los llamados Terminales de Punto de Venta (TPV), válidos para extraer dinero con la tarjeta magnética en aquellos lugares donde no hay cajeros automáticos. Sin embargo, reconoció que a veces obstaculizan el empleo de las tarjetas.
“A veces en las unidades también se ponen limitantes para no prestar el servicio por conveniencia de un empleado, que con el TPV no puede acceder a la propina. A veces dicen que la tarjeta no pasa y es que no lo tienen conectado. En ocasiones no quieren demoras para que no se les haga cola, pero a veces sí están rotos”, dijo.
Las dificultades que enfrentan los cubanos para acceder al llamado “dinero plástico” han sido denunciadas en otras ocasiones por la prensa oficialista. Recientemente el periódico 5 de Septiembre abordaba el tema en Cienfuegos, donde la población se queja no solo de los problemas técnicos de los cajeros, sino de las pocas unidades que existen en la provincia.
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