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Yarily Castro Cruz, una cubana residente del reparto La Victoria, en la provincia de Ciego de Ávila, denunció la incompetencia laboral de los funcionarios de la Dirección Municipal de Planificación Física (DMPF), en una carta enviada al medio oficialista Juventud Rebelde.
“Duele ver cómo se viola la legalidad con total impunidad, y el responsable de hacerla cumplir no cumple con su trabajo”, manifestó Yarily Castro.
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El incidente ocurrió en el vecindario de la calle 48, entre 51 y carretera Patria, en el reparto La Victoria, donde existe un pasillo “legalmente construido” que facilita el acceso de los vecinos a la carretera.
Según la cubana, los hechos comenzaron en 2015 cuando uno de los residentes del barrio cerró el acceso al pasillo, al expandir su vivienda. Los vecinos de la calle 48 protestaron, pero este se defendió alegando que el pasillo era parte de su propiedad.
Como consecuencia del cierre, los vecinos tuvieron que empezar a realizar un recorrido más largo y peligroso para acceder a la carretera. “Totalmente oscuro de noche, por caminos irregulares de tierra y piedra, verdaderos lodazales cuando llueve”, describió la cubana en la misiva.
Para dar solución a esta problemática se hizo una recogida de firmas por el barrio, la cual fue presentada -junto con una reclamación- a la Dirección Municipal de Planificación Física. Durante el 2016 Yarily no recibió ninguna respuesta por parte de las autoridades.
No fue hasta mayo de 2017 cuando los funcionarios de Planificación Física atendieron la queja de Yarily y dictaminaron -luego de un análisis realizado por un técnico y un especialista de la entidad- que el cierre del pasillo era una ilegalidad y tenía que ser habilitado para uso de los vecinos.
En el dictamen emitido por Planificación Física se asegura que “quien la cerró (el pasillo) no podrá oponerse, ya que en materia de servidumbre de paso, las regulaciones urbanas disponen que el propietario de una edificación sin salida a la vía pública tiene el derecho a acceder por la propiedad que promovió la servidumbre vecina; y el ancho de esta será de un metro como mínimo”.
Todo indicaba en aquel entonces que la situación se había resuelto. Sin embargo, luego de ocho meses de realizado el dictamen, el pasillo continúa cerrado. Según Yarily, a pesar de seguir insistiendo el DMPF nunca hizo cumplir su propia condena y hasta la fecha no han vuelto a dar respuesta a las quejas.
Los funcionarios de Planificación Física no gozan de una buena reputación en la Isla. En disímiles ocasiones, los cubanos han denunicado el mal accionar de estos.
Hace solo dos meses atrás, vecinos de Baracoa, Guantánamo, protestaron frente a sus viviendas al ver cómo inspectores de Planificación Física recorrían las calles de la ciudad echando abajo -a martillo limpio- escalones y muros que ocupaban parte de la acera
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