Tradicionalmente ninguneado por los mandamases de la pelota nacional, José Manuel Cortina acaba de recibir un cumplido que se traduce en bofetada para aquellos que han decidido rebajar su perfil de entrenador. Y es que el elogio se lo hizo nada menos que el mejor relevista de la historia.
Recién elegido por unanimidad para el Hall de la Fama de Cooperstown, Mariano Rivera no dudó en prodigarle al pinareño el calificativo de maestro. Con motivo de su presencia en Ciudad de Panamá durante la inauguración de la Serie del Caribe, el legendario taponero de los Yankees apeló a la humildad cuando le preguntaron en torno a su relación con el béisbol cubano.
“Aprendí mucho de él”, dijo sobre Cortina, y uno se queda preguntándose cuánto desprecio por el talento tiene que agruparse para que nuestro sistema beisbolero desdeñara los servicios de un preparador como este hombre oriundo de las Minas de Matahambre.
Pieza clave en la formación de ases del montículo como Rogelio García, Julio Romero, Jesús Guerra y Faustino Corrales, Cortina recibió la noticia emocionado.
“Mariano ha dicho en más de una ocasión que fui yo quien lo enseñó a lanzar”, afirmó vía telefónica. “Fue por el año 1986. Cuando eso él era amateur y jugaba como torpedero y pitcher. Trabajé bastante en su mecánica de pitcheo y en los lanzamientos básicos (recta, curva y cambio). Desde entonces jamás he vuelto a verlo personalmente”.
Al final del breve diálogo, Cortina cerró con una conclusión inapelable.
“¿Tú sabes el orgullo que se siente al saber que un pelotero como ese se acuerda de uno después de más de treinta años? Eso quiere decir que mis enseñanzas no fueron malas”.
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