Existen personas que no encuentran nunca su vocación en la vida y otras que nacen con ella definida, por decirlo de modo coloquial. Sin embargo, más raro es encontrar a una persona cuya pasión se divide entre dos aspectos que pudieran a priori parecer antagónicos, Dios y la Ciencia.
La Doctora Lidia Torres Ajá, es una de esas curiosas personas, ferviente católica y amante de las Ciencias Médicas. Está reconocida por la Sociedad Cubana de Cirugía con el Titulo de Miembro de Honor y es Monja desde muy joven.
A la temprana edad de 15 años se escapó de su casa para entregarse a una pasión, adorar a Dios. En una entrevista realizada hace algunos años declaró:
“Me escapé de mi casa en el poblado de Cruces, municipio de Cienfuegos, provincia del centro sur del país y fui para La Habana donde viví los años más felices como Monja de Clausura, Carmelita Descalza en el Convento de Calle 13, entre 20 y 22, en el Vedado capitalino”.
En el rigor de las Monjas Carmelitas vivió varios años, hasta que se enfermó y tuvo que volver a su pueblo natal.
Un tiempo después comenzó en la Congregación de Hijas Mínimas de María Inmaculada, oriunda de México. Entre sus tareas debía atender a los enfermos, esto la impulsó a estudiar la carrera de Medicina en la Universidad de La Habana.
Lidia es Monja Profesa de votos perpetuos y trabajadora del Hospital General “Doctor Gustavo Aldereguía Lima de la ciudad de Cienfuegos. Además, atiende la Pastoral de Jóvenes del poblado de Santa Isabel de Las Lajas.
Lidia Torres, alterna su vida como monja y cirujana Jefa del Programa Provincial de Mastología del Hospital de Cienfuegos. Tiene un permiso para trabajar sin el hábito, pero fuera del hospital lo usa con todos los requisitos que se le exige en las actividades de la iglesia.
“Mi vida ha sido servir a Dios en mis hermanos enfermos” asegura la Doctora Lidia Torres Ajá, quien tiene la dicha de ser la primera monja cubana y latinoamericana en ser Doctora en Ciencia Médicas Quirúrgicas.
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